En el mes de mayo, la zona metropolitana de la Ciudad de México ha experimentado un elevado número de contingencias ambientales. La Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) ha reportado la mala calidad del aire, que en varias ocasiones alcanzó más de 150 puntos de ozono, arriba del límite.
De acuerdo con cifras de la Came, la contingencia ambiental atmosférica por ozono se ha activado en 10 ocasiones a lo largo de 2024.
Las contingencias se han convertido en una preocupación creciente tanto en México como en el resto del mundo. Estos eventos, que incluyen episodios de contaminación del aire, derrames de sustancias tóxicas, incendios forestales y desastres naturales exacerbados por el cambio climático, ponen en riesgo la salud humana, la biodiversidad y la estabilidad económica.
La Ciudad de México y su área metropolitana enfrentan regularmente contingencias ambientales debido a la alta concentración de contaminantes atmosféricos. Factores como el tráfico vehicular, las actividades industriales y la quema de combustibles fósiles contribuyen a la mala calidad del aire.
Durante estos episodios, las autoridades implementan medidas restrictivas como el programa Hoy no Circula, que limita el uso de vehículos, y exhortan a la población a reducir actividades al aire libre. Sin embargo, estos esfuerzos no abordan las causas subyacentes del problema.
Las restricciones a la circulación de vehículos y a la industria son insuficientes para detener una mala calidad del aire, que mata prematuramente a entre 8 mil y 14 mil personas en la Ciudad de México, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El impacto de las contingencias ambientales no se limita a las grandes urbes. En zonas rurales de México, el uso de agroquímicos y la deforestación para actividades agrícolas provocan la degradación de suelos y la contaminación de cuerpos de agua. Además, el país es vulnerable a fenómenos meteorológicos extremos como huracanes y sequías, cuyos efectos se ven amplificados por el cambio climático. Estos eventos no solo causan pérdidas humanas y materiales, sino que también afectan la seguridad alimentaria y la economía local.
A nivel global, las contingencias ambientales representan un desafío. La contaminación del aire, por ejemplo, es responsable de millones de muertes prematuras cada año y afecta tanto a países desarrollados como en desarrollo. El cambio climático está provocando un aumento en la frecuencia y severidad de desastres naturales como incendios forestales, inundaciones y olas de calor.
Para abordar eficazmente este problema, es imprescindible una acción coordinada y multifacética. A nivel local, es crucial fortalecer la regulación y supervisión de las actividades que generan contaminación, fomentar el uso de energías renovables y promover prácticas sostenibles en todos los sectores. A nivel global, se requiere cooperación internacional para mitigar los efectos del cambio climático, compartir tecnologías limpias y apoyar a los países más vulnerables.
Las contingencias ambientales son un problema grave que requiere una respuesta urgente. La salud del planeta y de sus habitantes depende de la capacidad de las sociedades para adaptarse y reducir su impacto, garantizando un futuro sostenible para las próximas generaciones.
POR MARÍA MERCED GONZÁLEZ GONZÁLEZ
SENADORA DE MORENA POR HIDALGO
@MARIAMERCEDG
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