Panorama Internacional Anáhuac

Sistemas de armas autónomas letales

Lo cual generalmente se hace con poco respeto del marco jurídico internacional o de la ética del conflicto. En breve, bajo estas condiciones los conflictos futuros serán “guerras entre autómatas”

Sistemas de armas autónomas letales
Adolfo Arreola / Panorama Internacional Anáhuac / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Durante el siglo XXI, los Estados han incorporado tecnología de última generación en los ámbitos del combate, automatizando muchas de las acciones bélicas referidas como “peligrosas, sucias y tontas”. De dicha automatización de la guerra hay que resaltar el empleo de los Sistemas de Armas Autónomas Letales (SAAL), por el cuestionable uso que hacen de la inteligencia artificial, la robótica, la mecatrónica, el aprendizaje de máquina y de las bases de datos biométricos, para tomar decisiones autónomas de vida o muerte.

Todo lo cual es un reto para la Organización de las Naciones Unidas (ONU) o el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) que deben implementar la regulación y potencial prohibición de dichas tecnologías.

De acuerdo con el CICR, los sistemas de armas autónomas son “todas las armas que seleccionan objetivos y les aplican la fuerza sin intervención humana” fórmula en la cual, el ser humano no participa y las decisiones son resultado de los datos programados y/u obtenidos por el SAAL.

Algo que se debe hacer notar de dicho concepto es la ausencia de la palabra letal, que enfatiza el carácter destructivo de dichos medios de guerra. Está particularidad está siendo atendida por el Instituto de las Naciones Unidas para la Investigación sobre el Desarme (UNIDIR) que ha iniciado con una serie de consultas para determinar la correcta aplicación del Derecho Internacional Humanitario (DIH) a estos nuevos armamentos.

Dado que los SAAL contrarían al DIH, existe un debate internacional sobre su empleo en los conflictos armados. Por ejemplo, a pesar de que los artículos 35 y 36 del Protocolo I Adicional a los Convenios de Ginebra indican que las partes en conflicto no tienen libertad absoluta para utilizar medios o métodos de guerra; emplear armas proyectiles, materias y métodos de hacer la guerra que causen sufrimientos innecesarios; usar métodos o medios de hacer la guerra que dañen gravemente al medio ambiente; ni para recurrir a nuevas armas que bajo ciertas circunstancias pudieran estar prohibidas por dicho Protocolo I o cualquier otra norma del derecho internacional; los Estados, en el caso de los SAAL, no han atendido debidamente dichas disposiciones ya sea por negligencia, ignorancia u omisión. Caso del conflicto armado entre Rusia y Ucrania.

De hecho, las naciones tecnológicamente avanzadas como Estados Unidos, China, Rusia, Ucrania, Reino Unido o Israel están ampliando su arsenal de SAAL utilizándolos en forma de tanques, barcos, submarinos, aviones de combate y otro tipo de armas que funcionen sin la intervención de un controlador humano.

Lo cual generalmente se hace con poco respeto del marco jurídico internacional o de la ética del conflicto. En breve, bajo estas condiciones los conflictos futuros serán “guerras entre autómatas”.

POR ADOLFO ARREOLA GARCÍA
PROFESOR INVESTIGADOR DE LA FACULTAD DE ESTUDIOS GLOBALES, UNIVERSIDAD ANÁHUAC MÉXICO

 @ADOLFOARREOLA10

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