Nos enseña el refrán, aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Lo mismo aplica para la politización digital ideologizada de la burocracia.
Esta mezcla burocrática digital es importante ahora cuando el gobierno inició el último día de octubre, un negocio de 120 mil millones de pesos para comprar medicinas y acabar con el desabasto y la escasez generada por la ineficiencia y la estulticia del gobierno anterior sin clausurar la desastrosa mega farmacia.
Del anuncio hecho el jueves por los funcionarios del sector de la Salud, se desprenden dos verdades: la más evidente, las cosas no se estaban haciendo bien. Y para corregirlas es necesario construir un laberinto multiinstitucional (26 instituciones concurrentes), digital cuya complejidad corre contra la sencillez y simplicidad de sumar dos y dos.
Al menos no en el lenguaje de la tecno-burocracia, cuyo idioma requiere traducción al español:
La anterior fórmula de la compra consolidada será ahora sustituida por dos compras consolidadas.
“La compra consolidada de 2025-2026 es una compra bianual en la cual estamos concentrando 4 mil 454 claves de medicamentos e insumos médicos, es la compra consolidada más grande en términos de volúmenes de claves; esto, a partir de una disposición sectorial de todos los institutos de darnos su demanda completa y nosotros coordinar esa integración. Representaría, en caso de llegar al volumen total, 4.9 mil millones de piezas”.
Esto es facilito de entender. Se toman dos cápsulas en ayunas con medio vasito de agua.
“…están participando más instituciones que nunca antes… 26 instituciones del Estado mexicano están participando en la compra consolidada, es también la compra consolidada más grande en esas magnitudes…”
Todo lo anterior choca con aquella verdad, mientras más manos se metan a la cazuela menos comestible queda el guiso.
“…Y hoy queremos presentarles para que —ojalá, puedan ustedes difundirlo mucho—, esta plataforma, que es la plataforma de difusión y discusión pública de las compras consolidadas de insumos médicos del sector salud…”
Ahora resulta necesaria una “discusión pública” para comprar píldoras, cápsulas e inyecciones, a través de una “plataforma en la cual, cualquier persona puede consultar los proyectos; es decir, cada una de las claves que vamos a pedir va a poder acceder a la información…”
Esto es para satisfacer uno de los principios teóricos de la IV-T, abatir la corrupción y lograr la transparencia. Por eso Eduardo Clark García Dobarganes, subsecretario de Integración y Desarrollo del sector salud dice:
“…Estamos también optimizando y digitalizando los procesos de entrega y recepción en cada punto de entrega, haciendo que no haya burocracia excesiva ni papelería abundante para poder mover el suministro y más bien garantizar su trazabilidad de manera digital”.
Ajá.
POR RAFAEL CARDONA
COLABORADOR
@CARDONARAFAEL
MAAZ