Por esas coincidencias que se dan en la vida —sincronicidad junguiana que le dicen—, hace unos cuantos días se otorgó el Premio Nobel de Economía a Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson por sus trabajos sobre cuálesson los factores que inciden en la prosperidad de los países.
Esto es una coincidencia que muchos vemos como afortunada, ya que sus estudios llegan a la interesante conclusión de que la fortaleza o debilidad de las instituciones influye en mayor o menor medida en la pobreza o riqueza de las naciones.
Uno de los libros más conocidos de dos de estos autores (Acemoglu y Robinson) es “Por qué fracasan los países”, de 2014, accesible en español desde hace varios años incluso en una versión PDF.Este texto ya prefigura la orientación de los estudios posteriores.
Una de las conclusiones a las que llega este documento es que los problemas económicos a los que se enfrentan los países pobres (50 millones de mexicanos carecen de seguridad social y son trabajadores informales) dependen de cómo se ejerce el poder político a través de las instituciones.
El funcionamiento de las instituciones depende de otros factores como la democracia y el Estado de Derecho. Cuando hay un monopolio del poder por una élite reducida y corrupta, que busca mayormente su beneficio personal, las instituciones simplemente no funcionan.
Un capítulo especialmente importante para los mexicanos es “Tan cerca y, sin embargo, tan diferentes” donde se hace un análisis comparativo entre Nogales, Sonora, y Nogales, Arizona.Mientras en la ciudad de Arizona se respira seguridad, la democracia es algo habitual y los índices de bienestar son adecuados, en nuestra Nogales las condiciones de salud son deficientes, al igual que la educación y los servicios públicos. De este lado hay mucha delincuencia y los sobornos son cosa de todos los días.
¿Por qué son tan diferentes estas dos poblaciones siendo que son, en realidad, una sola ciudad? Simple y sencillamente, concluyen los autores, porque en Nogales, Arizona, las instituciones son mucho más sólidas y pueden cumplir con las demandas de los ciudadanos. La ciudad más al norte vive bajo principios democráticos y con claros límites al uso del poder político.
Las enormes diferencias que todo esto genera se traducen en prosperidad para Nogales, Arizona, y pobreza para Nogales, Sonora. Esto es, las instituciones políticas determinan en qué condiciones económicas se vivirá: reglas claras, poderes acotados y mecanismos que permiten a los ciudadanos controlar e influir en los gobernantes. Que lejos estamos de esto.
El problema de las Nogales se repite en buena parte del mundo y ha producido a nivel global el enorme problema de la pobreza y la desigualdad que tanto nos aqueja.
En medio de la incomprensible reforma al Poder Judicial, la casi inminente desaparición de los órganos autónomos y el debilitamiento generalizado de las instituciones se ven a la vuelta de la esquina aún mayores problemas económicos para México. Cuidado.
POR TERE VALE
COLABORADORA
@TEREVALEMX
EEZ
