Decir que la geopolítica es una ciencia perversa es casi un lugar común. La realidad es que es como la gravedad: sus efectos existen, son visibles y pueden sentirse.
De esto pueden dar fe países que como Ucrania, sienten en carne propia el impacto de tratar de marcar una ruta sin tomar en cuenta las consideraciones y los temores de una Rusia preocupada porque "Occidente" quedaría muy cerca de Moscú.
Ciertamente, Rusia nunca ha sido tímida para tratar de sostener lo que considera como su seguridad y en cierta forma comete el error, común en las grandes potencias, de pasar por alto los intereses de sus vecinos o tratar de infundirles miedo.
Pero habría que recordar que los problemas internos de la Unión Soviética –Rusia y repúblicas asociadas– fueron tanto o más responsables de su desplome y desaparición que la "Guerra Fría" que sostuvo por 50 años con Estados Unidos y sus aliados europeos.
Si alguien cree que el problema en el Pacífico es sólo respecto a Taiwán, y es un choque entre Estados Unidos y China Popular puede llevarse una decepción. Más allá del involucramiento de EU y sus intereses, están también los de aliados como Corea del Sur, Japón, Filipinas, Malasia, Australia y hasta India y el mismo Taiwán, que no parecen muy tranquilos ante algunas de las posiciones y propuestas chinas.
Beijing tiene un problema geográfico: es una potencia exportadora y, como tal, depende de su acceso al Océano Pacífico y las aguas adyacentes, algo que Estados Unidos ve como una amenaza potencial a sus propios intereses comerciales y estratégicos.
El acceso chino al Pacífico está bloqueado por una serie de naciones-islas como Japón, Taiwán, Filipinas e Indonesia, apoyados indirectamente por potencias cercanas como Australia, India y Vietnam.
"No todos son aliados estadounidenses, pero todos tienen intereses comunes contra la expansión naval china. Beijing quiere defender su profundidad estratégica apoderándose de ella y controlándola. Estados Unidos quiere defender su profundidad estratégica defendiéndola", y eso se aplica a Taiwán, a los islotes fortificados creados por China en aguas reclamadas también por Filipinas y aún Vietnam y hasta Corea del sur, que busca mejores relaciones con Beijing pero no vio con agrado que China le pidiera, la semana pasada, que limitara el uso y compra de un sistema de defensa antiproyectiles que tiene capacidad para "ver" dentro de China.
En el caso estadounidense pasaron, ya hace rato, la idea de controlar militarmente a sus vecinos. Usar la economía es más simple y en cierta forma más barato.
Cierto, hay algunas bases militares y existen los recuerdos de intervenciones armadas y subversivas contra gobiernos de izquierda, pero el hecho es que la economía es la zanahoria, con énfasis en lo que "el otro" va a dejar de recibir o de tener, sea por el bloqueo comercial, como Cuba, o por los avisos que las inversiones pueden irse a otro lado.
Cada quien su estilo...
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1
CAR
SEGUIR LEYENDO:
Los Estados divididos de América