COLUMNA INVITADA

No es correcto

Las mañaneras son el espacio donde el presidente hace uso de su libertad de expresión, en una de ellas llamó al columnista Carlos Alazraki “hitleriano”, lo que tal vez hubiera pasado desapercibido si su origen no fuera el judío

OPINIÓN

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Héctor Serrano / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La libertad de expresión es el mayor derecho que tenemos como seres humanos y como ciudadanos, garantiza el mundo de las ideas y el poder compartirlas con los demás, nos reconoce no solo la libertad de pensar, sino también de poder expresarlo a través de las palabras, significa en esencia; poder expresar lo que se nos venga en gana sin el riesgo de sufrir algún castigo por parte de la autoridad. 

Nos convierte en hombres y mujeres libres frente a nuestros semejantes; pero sobre todo ante el gobierno, porque limita cualquier intento autoritario de callar a quien no está conforme con la forma de gobernar. Pero esta libertad no es de uso exclusivo de los ciudadanos de a pie, también la usan los de arriba, los que nos gobiernan, a diario oímos sus declaraciones, incluidas las del presidente. 

En la ley, el único límite de la libertad de expresión es no violar los derechos de los demás, y como esto es tan ambiguo, por eso vemos un uso indiscriminado de las palabras, de ida y vuelta hay señalamientos e insultos por todos lados, se ejerce el derecho de la difamación y del escarnio sin ningún tipo de pudor. El lenguaje prefiere ser usado para dividir y confrontar, más que para tratar de conciliar.

Las mañaneras son el espacio donde el presidente hace uso de su libertad de expresión, en una de ellas llamó al columnista Carlos Alazraki “hitleriano”, lo que tal vez hubiera pasado desapercibido si su origen no fuera el judío. Es difícil pensar en un insulto más grande para cualquier integrante de la comunidad judía que llamarlo hitleriano; remonta al pasado más doloroso de ese pueblo y a la época más sanguinaria de la humanidad. 

Y no es que el columnista no se haya ganado a pulso el encono presidencial, realiza críticas mordaces al presidente, a su gabinete, a sus aliados y a sus simpatizantes, muchas de ellas sin ninguna sutileza. Si en esa mañanera Alazraki solamente hubiese sido llamado fifí, neoliberal, conservador y majadero, el asunto no pasaría de ahí, son calificativos que bien pueden definirlo, pero llamarlo hitleriano es un exceso.

Hitler es el mayor psicópata y homicida de la historia, su “pensamiento” se basa en utilizar el exterminio de otras razas y de sus adversarios para garantizar el poder, sus órdenes causaron la muerte y la tortura de millones de personas, incluidos más de 6 millones de judíos. No existen “ideales” hitlerianos, se está de acuerdo con él, porque se justifica el asesinato de personas ó simplemente se rechaza la idea del genocidio.

Alazraki es un opositor férreo, de los duros, de los que no ven nada bueno en el actual gobierno, sus opiniones semanales dan cuenta de ello, no existe ninguna duda de su posición política. He buscado sus artículos para saber con certeza, si en alguno de ellos se ha ganado el mote de hitleriano, pero tal parece que no existe prueba de ello, en cuyo caso el columnista fue señalado sin ningún fundamento por el propio presidente de la República.

En estos tiempos convulsos donde la libertad de expresión se ejerce sin ninguna limitante, estamos obligados a usar la conciencia para emitir nuestras opiniones, y más cuando se trata del presidente; puede como cualquiera, expresarse en los términos que considere convenientes, pero tiene la responsabilidad moral de conducirse con prudencia, sus palabras son importantes y tienen mucha más difusión que la de cualquier otro mexicano.

No es correcto burlarse del aspecto físico de nadie y mucho menos de quien no tiene la edad suficiente para defenderse, como tampoco es correcto llamar hitleriano, a quien no es un asesino consumado.

POR HÉCTOR SERRANO AZAMAR
COLABORADOR
@HSERRANOAZAMAR

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