Columna Invitada

¿Tambores de guerra energética?

La lucha se basa en hacer que nuestro país ceda, a través de las presiones bursátiles y arancelarias

¿Tambores de guerra energética?
José Narro Céspedes / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México

Estados Unidos, a través de la historia, ha mantenido una relación agridulce con México, la cual nunca ha sido fácil. La vecindad de nuestros países ha resultado en un importante intercambio cultural y económico, flujos migratorios, intervenciones militares. Estamos en una relación que se vive entre los límites del respeto, la amistad y la animadversión mutua.

Así, la injerencia del vecino del norte siempre se ha dejado sentir. Basta recordar un poco.

El 8 de agosto de 1847 el general Winfield Scott llegó a la Ciudad de México con 14 mil elementos, entre el 19 y 20 de agosto comenzó la primera batalla de una serie de enfrentamientos que culminaron con la toma de la capital del país.

El 21 de abril de 1914, a la llegada de Woodrow Wilson a la presidencia, sin mediar declaración de guerra de Estados Unidos al gobierno mexicano, comenzó la batalla por el puerto de Veracruz, con tropas estadounidenses (marinos e infantes de marina) ocupando la aduana y otros edificios de importancia estratégica. Las tropas del Ejército mexicano se retiraron del lugar por mandato del presidente Huerta.

Por otro lado, tras la sorpresiva invasión de tropas extranjeras, hubo una muy desigual y poco efectiva defensa, integrada por un centenar de soldados del Ejército federal, varios centenares de voluntarios civiles, algunos presos liberados de las cárceles (conocidos como rayados), y un centenar de cadetes de la Escuela Naval Militar. La batalla duró solo un par de días. Para el día 30 de abril las tropas de la marina estadounidense, que habían capturado el puerto, fueron reemplazadas por el Ejército, que se encargó de mantener la ocupación durante casi siete meses. No fue sino hasta el 23 de noviembre que el Ejército estadounidense se retiró, entregando el puerto al Ejército constitucionalista de Venustiano Carranza.

Hoy, la lucha por la soberanía no se hace con marines y tropas, no veremos barcos en Veracruz o cualquiera de nuestros puertos, la lucha es económica. Se basa en hacer que nuestro país ceda a los caprichos del imperio, a través de las presiones bursátiles y arancelarias. Donald Trump tensó en 2019 la relación con México en la batalla contra la inmigración irregular cuando anunció un arancel de 5 por ciento en todos los productos importados del país vecino.

Siguiendo la misma política intimidatoria, la Casa Blanca ha anunciado que buscará resolver las disputas sobre las políticas energéticas del presidente Andrés Manuel López Obrador, por medio de consultas bajo el acuerdo comercial T-MEC.

Las consultas se relacionan con ciertas medidas de México que supuestamente socavan a las empresas estadounidenses y la energía producida en EU en favor de la empresa eléctrica estatal de México, la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y la empresa estatal de petróleo y gas, Petróleos Mexicanos (Pemex), dice el comunicado.

Estados Unidos está presionando para que México, intimidado por las sanciones económicas que podrían resultar de la queja presentada ante las autoridades designadas para resolver la controversias del T-MEC, eche para atrás la recientemente aprobada Ley de la Industria Eléctrica que combate la corrupción y el trato altamente favorecedor a empresas que han lucrado con la energía de los mexicanos.

El Presidente de México ha explicado con otras palabras por qué les piden explicaciones.

"Tengo indicios de que esto tiene que ver con los intereses que se sienten afectados porque se dedicaban a saquear a México", señalaba Andrés Manuel López Obrador.

México tiene que responder a EU de manera altamente patriótica, poniendo los intereses de los mexicanos por encima de los intereses de unos cuantos. Somos respetuosos de los acuerdos comerciales, pero sabemos que ningún acuerdo puede poner en peligro la soberanía y los intereses de México. En el Senado aprobamos con responsabilidad la Ley de la Industria Eléctrica para buscar fortalecer a la CFE y garantizar que la energía producida en México sirva para los intereses nacionales, y no caeremos en chantajes de intereses que nunca han visto por la gente.

POR JOSÉ NARRO CÉSPEDES
COLABORADOR
@NARROJOSE

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