COLUMNA INVITADA

El nombre del barco

De los barcos del exilio republicano español, el vapor “Mexique” de bandera francesa, resuena con cariño

OPINIÓN

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Diego Latorre / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México

En su poema, Canto general, Pablo Neruda, exalta la loable labor del gobierno de México en la apertura que tuvo para acoger a miles de españoles que huyeron de las garras fascistas, durante y tras la conclusión de la Guerra Civil en España en 1939, diciendo: “México, has abierto las puertas y las manos al errante, al herido, al desterrado, al héroe. Siento que esto no pueda decirse en otra forma y quiero que se peguen mis palabras otra vez como besos en tus muros…”

De los barcos del exilio republicano español, el vapor “Mexique” de bandera francesa, resuena con cariño, primero porque en su arribo a México, el 7 de junio de 1937, procedente de Burdeos, trajo consigo a 456 menores de edad, enviados por sus padres ante los horrores de guerra, y ser acogidos en la escuela España-México, en Morelia; a la postre, los Niños de Morelia. Luego, el 27 de julio de 1939, unos meses después de la capitulación del ejército republicano español, arribó a Veracruz con 2,200 refugiados que encontraron así un pasaje de esperanza y vida. Este fue el barco que más pasajeros exiliados transportó de los que arribaron a México durante este proceso.

Todo fenómeno migratorio es complejo, pero, sin duda, siempre noble y de una riqueza invaluable. Así, el exilio español nos enriqueció con figuras como León Felipe, Ramón Xirau, Aurora Arnaiz, José Gaos, Ángel Mediavilla, Paco y Vicente Rojo; y muchos otros, pero del vapor Mexique desembarcaron, en su mayoría, españolitos de a pie, sin fama ni alcurnia, simples camaradas, obreros, profesionistas y milicianos que quisieron cambiar al mundo. En ese barco llegaron Ángel y Paquita, mis abuelos.

Con los años evoco el recuerdo de cómo el dedo índice de la mano derecha de Ángel, se hizo pequeño, por haber asegurado, con el golpeteo en cualquier superficie, año tras año, desde su llegada a México, que pronto regresarían a España. Lo cierto es que se lo rebanó con una sierra vertical, pero la analogía fue, quizá, su más grande añoranza.

Este 27 de julio, conmemoramos 83 años de la segunda llegada de este barco de la libertad, y con éste, la de personajes increíbles que echaron raíces en México, que formaron grandes familias y legiones de amigos entrañables como los Perujo, Barba, Mediavilla, Cayuela, Lastra, Estivill, Ruiz-Funes, Sacristán, Feijoo, Villarías, Genovés, Monedero, Cama, Soler, Valenzuela, Carreño, Fernández, García-Galeano, González; sin olvidar a todos los futboleros apasionados, hijos y nietos del exilio, de la liga de exalumnos del Colegio Madrid en el Ajusco.  

Durante la Segunda Guerra Mundial, el Mexique navegó para los aliados; y el 19 de junio de 1940, tras hacer explosión una mina en el puerto de Le Verdon, Francia, se hundió.

Escribir el tiempo pasado es sazonar el presente con una fragancia umami, nuestra esencia de vida.  

POR DIEGO LATORRE LÓPEZ
@DIEGOLGPN

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