Ya es el cuarto año en el gobierno de la cuarta transformación y se sigue responsabilizando al expresidente Felipe Calderón de todo lo que sucede en materia de inseguridad.
El infierno que vive el país es culpa del expanista, asegura Epigmenio Ibarra, quien se lanzó contra él por el caso Chihuahua, donde el último mes mataron a 180 personas sin escandalizar a la sociedad de no ser porque esta vez dos de sus siete víctimas fueron sacerdotes jesuitas ejecutados dentro de una iglesia y sus cuerpos levantados, acto que provocó la indignación del Papa Francisco.
Este es el retrato hablado que hizo Epigmenio de El Chueco, José Noriel Portillo Gil, para responsabilizar al opositor: “Fíjate en la foto y fíjate en la edad, ¿cuándo empezó a matar? Fíjate la edad. ¿A los 20? Tiene 30 ahora, tiene 10 años matando. Su vida útil como sicario será todavía de unos cinco, seis años más, antes de que lo maten sus propios compañeros (…). Lo que quiero decir es que la formación de este sicariato, de este ejército, lleva años.
Empiezan a matar a los 12, 14 años, cuando Felipe Calderón nos impone la guerra”, dijo en Radio Fórmula. Calderón contestó en Twitter: “Ahora Pigmenio (sic) dice que el asesino ya había nacido cuando yo fui presidente y con esa estupidez quiere culparme. Mejor pregúntenle al criminal cuántas narcoseries vio de ese mercenario que se enriquece idealizando a los narcos, evadiendo impuestos y sacando dinero de Bancomext”.
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El Chueco asesinó en 2018 al turista Patrick Braxton Andrew, en La Playita, Urique: pensó que trabajaba para la DEA, sin embargo, era profesor. También se le imputó la desaparición y ejecución, en 2019, del activista Cruz Soto Caraveo, representante del Colectivo de Familias Desplazadas Forzosamente en la Sierra Tarahumara, quien fue desplazado de la comunidad de Monterde, en Guazapares,
Chihuahua, para que sus tierras se ocuparan como sembradíos de mariguana y amapola. No sólo eso, además, el famoso Chueco está en la lista de seguridad federal como el lugarteniente de la región: controla la tala clandestina, el tráfico de drogas y es responsable de una serie de desapariciones y asesinatos, entre ellos, el de la periodista Miroslava Breach. A pesar de ello, no se le buscó.
Hasta ahora que el asesinato de los jesuitas escandalizó al país y la noticia llegó hasta el Vaticano, el gobierno de la entidad, auxiliado por la Federación, emitió una alerta para dar con José Noriel Portillo Gil, El Chueco, y ofrece cinco millones de pesos como recompensa para quien dé pistas para su captura.
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UPPERCUT: ¿Cuántos casos similares como el de El Chueco hay? Las fuerzas federales saben lo que deben, el dominio que ejercen y aún así gozan de impunidad al no realizar ningún tipo de búsqueda en su contra. Pero las voces de la 4T siguen culpando al pasado, a pesar de que cuando fueron oposición, durante el sexenio pasado, exigían la renuncia de Peña Nieto por no dar resultados.
POR ALEJANDRO SÁNCHEZ
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