Hace unos días se llevó a cabo la IX Cumbre de las Américas con el tema central: Construyendo un Futuro Sostenible, Resiliente y Equitativo, para nuestro continente. En la cumbre, el presidente Joe Biden presentó una propuesta renovada para acercar a los países de la región, económica y comercialmente: la Alianza de las Américas para la Prosperidad Económica (AAPE).
De manera inmediata el gobierno de México manifestó su intención de sumarse a esa iniciativa, haciendo hincapié en la necesidad de buscar una mejor distribución de la riqueza y apoyar a los más vulnerables.
Recordemos que fue en una Cumbre de las Américas, de hecho en la primera, celebrada en 1994 en Miami, cuando el gobierno estadounidense presentó el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), con metas concretas para 2005, pero no tuvo avances significativos.
En 2004, en la parte meridional del continente se promovió una opción: el ALBA (Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe), que buscaba acercamiento político y un comercio más justo, no necesariamente un libre comercio. Una decena de países atendieron al llamado bolivariano pero tampoco se registraron resultados de importancia.
Durante la IV Cumbre de las Américas, llevada a cabo en Mar del Plata, Argentina, el presidente Hugo Chávez dio un tiro de gracia al ALCA, pronunciando una frase explosiva: “ALCA, ALCA, al carajo”, apoyado por sus colegas Néstor Kirchner y Luiz Inácio “Lula” da Silva. ALCA y ALBA, dos intentos de avanzar hacia un acuerdo comercial, uno continental otro regional, cada uno con sus singularidades, ambos se quedaron en buenas intenciones.
En la propuesta presentada la semana pasada en Los Ángeles se observan deseos de ir más allá de un acuerdo de libre comercio, considerando efectos de la pandemia, como la recuperación económica, la integración de cadenas productivas, fortaleciendo la relocalización en las Américas, el cuidado del medio ambiente, reducir las desigualdades, generar oportunidades, promover la innovación laboral y la cooperación económica, entre otras metas.
Varios expertos en política y economía internacionales han manifestado que este nuevo intento de formar una zona de libre comercio en las Américas tendrá que salvar varios obstáculos en los próximos meses, empezando por algunos en el Congreso estadounidense, ya que el Ejecutivo no cuenta con la autorización para negociar acuerdos preferenciales y las elecciones de noviembre de este año podría complicar aún más las cosas para los demócratas. No obstante, la situación mundial actual hace necesaria la integración regional y, de esa manera, lograr que nuestro continente avance hacia una mejor comunicación, con base en algunos de los puntos incluidos en la iniciativa Biden.
POR J. ALFONSO NIETO Z.
* Doctor en Economía y Ministro (r) del Servicio Exterior Mexicano
MAAZ