COLUMNA INVITADA

Guerra en Ucrania, una nueva piedra en el camino

Friedrich Nietzsche a pesar de haber fallecido justo al inicio del siglo XX, predijo que esos cien años serían los del sufrimiento inútil

OPINIÓN

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José Ignacio Zaragoza Ambrosi / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México

Friedrich Nietzsche a pesar de haber fallecido justo al inicio del siglo XX, predijo que esos cien años serían los del sufrimiento inútil. Un siglo después nos damos cuenta con la intervención bélica de Rusia a Ucrania y las jugadas de ajedrez de Estados Unidos, la Unión Europea y China, no hemos aprendido gran cosa. Hoy, más que nunca, dado a la interconectividad global, todos los conflictos y crisis regionales repercuten en el mundo.

Las cadenas de suministro, que en los últimos dos años han enfrentado un continuo estancamiento a causa de la pandemia de COVID-19, hoy se ponen de nuevo en jaque con la guerra en Ucrania. Se puede pensar que Rusia y Ucrania no tienen un papel trascendental en el comercio global, sin embargo, son proveedores esenciales de materias primas y energía para muchas cadenas de suministro cruciales.

El peor rostro de la guerra sin duda será siempre la muerte y la crisis humanitaria que provoca, pero también destapa una caja de problemas que se suman a los que ya de por sí venimos arrastrando.

Varios commodities importantes sufrirán la presión de la guerra. Tal es el caso de los alimentos, cuyos precios mundiales aumentaron considerablemente durante 2021 debido a los precios más altos de la energía, el transporte, el cambio climático, la pandemia, etc.

Si la guerra se prolonga, los productores de alimentos se verán sometidos a una mayor presión a medida que aumenten los precios de los insumos clave.

Entre Rusia y Ucrania exportan una cuarta parte del trigo a nivel mundial, y Ucrania por sí sola representa casi la mitad de las exportaciones de aceite de girasol. Productos básicos utilizados en muchos productos alimenticios. De ahí que el precio del trigo haya comenzado a aumentar esta semana en nuestro país. Ucrania también es el principal proveedor de maíz de China que tendrá que mirar hacia otro lado, con la afectación que esto tendrá en la escalada de precios del maíz.

Podremos ver también unas desviaciones de los flujos comerciales a los que ya estábamos acostumbrados. Rusia y Ucrania también son muy importantes en la producción de fertilizantes, de hecho, nuestro país lo que más importa de ellos es fertilizante y urea para fabricar los mismos, fundamentales para la producción agrícola nacional.

Otro tema importante es el del transporte, pues el aumento de los precios del petróleo debido a la guerra es una preocupación que tiene el transporte marítimo en general. Las tarifas de flete ya son extremadamente altas y podrían aumentar aún más. También, Rusia ha cerrado su espacio aéreo a varias aerolíneas comerciales de los países que están involucrados en las sanciones económicas que lidera Estados Unidos.

Por si fuera poco, hay una preocupación real de que los ataques cibernéticos rusos puedan tener como objetivo las cadenas de suministro globales. Recordemos que el comercio exterior depende en gran medida del intercambio de información en línea, lo que podría tener consecuencias de gran alcance si se ataca a líneas o infraestructuras de navieras clave. Hay expertos de la Organización Mundial de Comercio que durante muchos años han advertido que el efecto dominó de un ciberataque a la cadena de suministro pueden ser enormes.

Lamentablemente hay más, el tema de la energía es clave en esta guerra, sobre todo a nivel europeo donde muchos países dependen de la energía rusa, especialmente del gas. Si se llegan a dar interrupciones en el flujo del gas ruso, la productividad de la industria europea se verá seriamente dañada, y dado que el gas es un insumo esencial para muchas cadenas de suministro, las consecuencias económicas serán generalizadas.

Rusia y Ucrania lideran la producción mundial de metales como el níquel, el cobre y el hierro. También participan en gran medida en la exportación y fabricación de otras materias primas esenciales como el neón, el paladio y el platino. Entre la guerra y las sanciones económicas hemos visto esta semana aumentos de hasta el 80% de los precios respecto a mediados de diciembre de 2021.

El paladio se utiliza para muchísimas cosas, desde sistemas de escape de automóviles y teléfonos celulares hasta empastes dentales. El níquel y el cobre se utilizan en la fabricación y la construcción, y también han aumentado de precio. Un dato interesante que vemos es que las industrias aeroespaciales tanto de Estados Unidos, Europa y Gran Bretaña dependen del titanio de Rusia.

Rusia y Ucrania son exportadores clave de neón, paladio y platino, metales utilizados para la producción de microchips en un mundo que cada vez depende más del internet. Durante el 2021, México importó mercancías rusas por 2 mil 251 millones de dólares y con Ucrania, 302 millones de dólares, según datos de la Secretaría de Economía.
 
Respecto a nuestro intercambio comercial con ellos: Importamos de Rusia: fertilizantes, aleaciones de aluminio, hierro, acero, cloruro de potasio, fosfato di amónico, partes de muebles y trigo Exportamos: automóviles, aparatos eléctricos, cerveza, azúcar, cajas de velocidad y otras máquinas.
 
Importamos de Ucrania: urea, trigo, aceites en bruto, arcillas refractarias y ejes montados con sus ruedas. Exportamos: cerveza y feldespato, leucita, nefelina, trimotos, barcos de motos, tequila y espato flúor.

José Ignacio Zaragoza Ambrosi

Agente Aduanal y Experto en Comercio Exterior
@ignaquiz

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