Autonomía relativa

Ocurrencias

Son nuevos tiempos y Trump los ha inaugurado con actitudes proteccionistas que dejan al mundo sorprendido por la vuelta atrás y el golpe al mundo que significan las decisiones fuera de lógica del presidente estadounidense

Ocurrencias
Juan Ignacio Zavala / Autonomía relativa / El Heraldo de México Foto: Especial

Los nuevos tiempos no traen necesariamente puras cosas buenas. No todo es avance ni progreso. Hay giros indeseables, regresiones, inevitables vueltas al pasado. Por supuesto es difícil inventar algo nuevo en materia política, casi todo ya pasó o se repite – como bien dijo Marx- a veces en forma de drama otras en forma de comedia. 

Para quienes nos tocó ver la caída del Muro de Berlín, luego la caída del PRI en nuestro país y muchos otros cambios que facilitaron la llegada al mundo del hoy satanizado neoliberalismo, los sueños que acompañaron palabras como soberanía, revolución, emancipación, autosuficiencia y otras más del leguaje de las izquierdas nacionalistas, quedaron sepultadas por la ola de las democracias neoliberales. 

Son nuevos tiempos y Trump los ha inaugurado con actitudes proteccionistas que dejan al mundo sorprendido por la vuelta atrás y el golpe al mundo que significan las decisiones fuera de lógica del presidente estadounidense. Si crecimos con la idea del mundo abierto tendremos que aprender a vivir ahora en un mundo cerrado. Por supuesto se tratará de algo cerrado per con la tecnología de hoy y con el mundo lleno de supuestos “ciudadanos globales”.

Pero si Trump hace sus regresiones hacia y ante el mundo, en lo local cada quien se cuece aparte. En muchos países gobiernan personajes que hace diez años era impensable siquiera que pudiesen tener una entrevista en un programa de radio a medianoche. Tiempos nuevos, política electoral nueva y nuevos protagonistas. 

En nuestro país desde el 2018 asistimos a un espectáculo protagonizado por el gobierno y su Movimiento en lo que podríamos llamar la feria de la ocurrencia. Un lugar donde lo que no se dijo en el pasado ahora se puede decir. Mientras más disparatado mejor y mientras más insultante también.  El presidente López Obrador decía y hacía barbaridades que nunca le costaron en popularidad-la reina de este tiempo-. Lo que hace diez años movía a risa y era calificado como estupidez, para él era una verdad histórica solamente porque él lo mencionaba. Nos acostumbramos a las barbaridades y a la falta de sentido común, a la política como espectáculo de carpa barata.

Con la llegada de la primera mujer presidenta algunos pensaron, ingenuamente porque no había bases para pensar tal cosa, que ciertas cosas se iban a acabar como las ocurrencias y los disparates gubernamentales. Pues no. López Obrador hizo escuela y sus alumnos están dispuestos a continuar con el circo.

¿Qué son los chocolates del bienestar? Una ocurrencia ¿Qué tiene que hacer el gobierno poniéndose a producir golosinas para los niños? Es un absurdo, pero como quitaron las botanas y los productos engordadores a alguien se le ocurrió que mejor el gobierno hiciera el negocio de los dulces infantiles. No sabemos quién fabrica los ahora famosos chocolates, pero todos sabemos que los hijos de López Obrador fabrican chocolates. Bien raro. 

El escándalo desatado porque en un concierto en Guadalajara de un grupo musical se proyectaban fotografías del líder del CJNG y se cantaban loas al narcotraficante ha provocado reacciones en las autoridades de todos los niveles de gobierno. La apología del delito está presente desde hace años en la cultura popular ¿Qué se le ocurre al gobierno de la 4T? Organizar un concurso de canciones llamado México canta: “La nueva música mexicana. Por la paz y contra las adicciones”. Seguramente las canciones estarán muy bonitas y hablarán de López Obrador y no de El Mencho y nadie volverá a cantar Camelia la texana y cantarán Claudia la presidenta o algo por el estilo. Y eso que se dicen de izquierda. Puras ocurrencias.

POR JUAN IGNACIO ZAVALA

COLABORADOR

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