CUERPO Y ALMA

Señora Claus

Los mismos mandatos de género que nos aplican hoy a las mujeres, por muy lejos que estemos del Polo Norte

Señora Claus
María Elena Esparza Guevara / Cuerpo y Alma / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Si Dickens volviera a escribir en 2022 el Cuento de Navidad, ¿la Señora Claus sería uno de sus fantasmas? Estuvo al lado de Santa, fue marginada después y ahora sería representación de obsolescencia: una mujer subordinada al héroe de la temporada. No soy una Scrooge, pero tampoco creo que quienes respaldan a sus maridos sean personajes secundarios.

En realidad, me encantan los festejos decembrinos, con sus olores, sabores y especialmente la oportunidad de encontrarnos con nuestros afectos. Pero sucede que estos días he paseado por demasiadas villas navideñas en Copenhague, una capital muy cercana al hogar de Papá Noel, y no he podido dejar de observar lo perfectamente “mujer” que es su dedicada esposa en las representaciones tradicionales. Intrigada —e influida por las gafas violetas— me puse a rastrear la historia de la adorable Señora Claus. 

¡Y sorpresa navideña! Resulta que no siempre estuvo consagrada a hornear galletas, cuidar a los renos y atender el hogar más mágico del planeta. Su primera aparición literaria ocurrió en 1849; James Rees la imaginó en “Leyenda de Navidad" como una compañera de Papá Noel que recorría las calles junto con él y cargaba un costal también lleno de regalos.

Con el paso de los años, su carácter de mujer paciente, amable y bondadosa —los mismos mandatos de género que nos aplican hoy a las mujeres, por muy lejos que estemos del Polo Norte— se fue afianzando en los productos culturales que la referían, casi siempre en segundo plano de las historias. Porque detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer, ¿no?

Para cuestionar ese rol y su ejemplaridad, han habido algunas intervenciones interesantes. En 1996, la actriz Angela Lansbury interpretó a una Señora Claus que en 1910 conduce el trineo hasta Nueva York, donde se involucra en la lucha por los derechos de las mujeres y contra el trabajo infantil en la industria del juguete. 

El más reciente intento por resignificar a este personaje corrió a cargo de la marca británica Marks & Spencer en 2016; desde una lectura feminista, la colocó al frente de una campaña en la cual se sugiere que también ella sale en Nochebuena a repartir regalos, tal como en la novela escrita por Rees 167 años antes.

Si su imagen abnegada nos visitara como fantasma, al despertar esta Navidad sabremos que todavía estamos a tiempo de imaginar y enseñar otras formas de ser mujer y compañera. Ese, sí que es un gran regalo para las niñas y niños. ¡Felices fiestas!

POR MARÍA ELENA ESPARZA GUEVARA
 @MAELENAESPARZA

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