Esperemos que México y sus diplomáticos puedan contribuir
La situación en Venezuela divide a América Latina. Dicho país vive una profunda crisis humanitaria, económica y social, que se refleja en la emigración de más de cinco millones de venezolanos en los últimos años; el aumento de la inseguridad alimentaria; la caída de la producción petrolera de 3.26 millones de barriles diarios a 410 mil, así como la incapacidad del régimen del presidente Maduro para pagar y renegociar su deuda externa.
Sin embargo, algunas señales recientes indican que se abre una ventana de oportunidad para una negociación que culmine en elecciones libres y justas en Venezuela.
A inicios de mayo se anunció la creación de la Plataforma Unitaria para lograr un Acuerdo de Salvación Nacional, que integra a más de 40 organizaciones políticas de la oposición y de la sociedad civil. Es relevante porque anteriores esfuerzos de negociación sufrieron la división de estos actores.
Luego, Maduro dio una entrevista a BloombergTV, en la que reconoció las dificultades económicas de su país y pidió un diálogo con el presidente Biden. El Departamento de Estado rechazó ya esta posibilidad y dijo que el diálogo se dará cuando se realicen elecciones libres y justas en Venezuela.
En tercer lugar, tanto la oposición, encabezada por Juan Guaidó, como el propio Maduro, han expresado su apoyo a un nuevo proceso de negociación, después del fallido intento realizado entre mayo y agosto de 2019 por Noruega y los anteriores esfuerzos del Vaticano.
Ya se ha publicado que ambos actores pidieron a Noruega reanudar un proceso de facilitación, para lograr un marco de negociación que permita una segunda etapa de diálogo presencial, que tentativamente iniciaría en agosto.
Gobierno y oposición están abiertos a una participación de otros países acompañantes (quizás México sea uno) cuando arranque formalmente la etapa de negociación cara a cara.
Esto buscaría lograr un acuerdo político que incluiría los siguientes temas: sede (¿México?), agenda, formato, integración de los equipos y países acompañantes durante la negociación. Se pretendería acordar un cronograma electoral para comicios presidenciales, legislativas y locales; el fin de la inhabilitación de los actores políticos de la oposición y la observación electoral.
También se buscarían los mecanismos para la “reinstitucionalización” del país, y acordar un cronograma para el levantamiento de sanciones de conformidad con el progreso en otras áreas.
Una delegación de la oposición visitó EU en días pasados y fueron después a Europa para hablar con Josep Borrell, el encargado de política exterior de la Unión Europea. Viajarán a Madrid y luego a Italia, donde se celebrará la cumbre del G-20.
Las aguas se mueven en Venezuela. Ojalá que México juegue un rol de unidad en esta nueva etapa. México necesita a diplomáticos profesionales para unir y no dividir a América Latina.
POR MARTHA BÁRCENA COQUI
MARTHA.BARCENA@ELHERALDODEMEXICO.COM
@MARTHA_BARCENA
dza