Fueron 10 años los que nos regalaron Rachel, Ross, Mónica, Chandler, Phoebe y Joey, quienes sentados en ese icónico sillón café nos hicieron ver la televisión y las comedias de situación de una manera muy distinta a como estábamos acostumbrados. Sí, hubo otros antes que Friends, como Seinfield, Frasier, Married With Children, El Príncipe del Rap, Salvados por la Campana, entre otras, pero nadie como ellos. A pesar de que muchos otros productos televisivos han acaparado mi atención de una forma casi obsesiva como Game of Thrones, The Walking Dead, todo el universo de Shondaland (Grey´s Anatomy, Scandal, How to Get Away with Murder) y algunas mini series, la realidad es que ninguna de ellas las he repetido como Friends. Obviamente el formato de una sitcom, es mucho más llevadero y de una ingesta mucho más ligera que un capítulo de cualquiera de esas series que mencioné. Particularmente en el caso de Friends, los capítulos estaban escritos con tal inteligencia y humor que te lograban sacar de cualquier situación difícil por las que estuvieras atravesando. Fue tal su popularidad que los actores que interpretaban a dichos personajes se convirtieron en los mejores pagados de la televisión. Y no solo ellos, sino los guionistas también. Y vaya que se lo tenían bien merecido, pues sin duda alguna, a ellos debemos atribuirles el éxito de la serie.
Todavía recuerdo el vacío que sentí cuando terminó Friends. Fue muy difícil llenarlo después. Es más, me atrevería a decir que nada logró sustituir a dicha serie. Si han llegado muchos otros proyectos que me han gustado mucho, pero nada como Friends.
Desde el último capítulo que se transmitió en 2004, los fans de hueso colorado como su servidora, habíamos pedido a gritos que se realizara algún episodio especial o reencuentro de los amigos. Y claro, ellos (Jennifer Aniston, David Shwimmer, Courtney Cox, Matthew Perry, Matt LeBlanc y Lisa Kudrow) que habían ganado millones de dólares con la serie, ya no estaban para nada interesados en regresar a hacer más capítulos, además de que sus agendas ya estaban comprometidas con otros proyectos. Pero los astros se alinearon, les llegaron al precio, coincidieron sus agendas y se logró el esperado reencuentro que fue todo un éxito.
En el reencuentro de Friends, vemos a los amigos pasearse por el que fuera su plató televisivo durante 10 años y recordando momentos que los marcaron para siempre. El tiempo ya pasó por sus rostros y es muy notorio que todos, sin excepción alguna, han tratado de detener los efectos del envejecimiento de la mano de sus cirujanos plásticos y si bien ese es un tema que distrae un poco al principio, después ya se olvida con la maravillosa producción que cuenta con entrevistas a los protagonistas, a los productores, anécdotas de algunos actores que participaron en la serie, dinámicas y algunos invitados especiales. El programa es una verdadera joya que veo muy difícil que se pueda repetir, ni siquiera con el regreso de Sex and The City.
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El único “pero” que le pondría a este reencuentro es que fue tan esperado y tan sonado, que yo hubiera querido ver a los 6 actores en un capítulo especial actuando, quizá compartiéndonos a través de la ficción lo que sus personajes habían experimentado en todos estos años. ¿Rachel y Ross siguieron juntos? ¿Cómo es la dinámica de Mónica y Chandler como padres? ¿Joey triunfó en la TV? ¿Qué pasó con Phoebe?.
En fin, el reencuentro de Friends es una genialidad que a partir del 29 de junio llega a HBO MAX, plataforma que ya trae muchos estrenos fabulosos bajo la manga, pero de eso hablaremos en otra Permanencia Voluntaria.
POR LINET PUENTE
dza