DESDE AFUERA

México y la vacuna del COVID-19

La donación mexicana, hecha en el marco de la CELAC, que preside el canciller Ebrard, es oportuna y se trata de una manifestación de solidaridad

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

México entró a la política de las vacunas contra el COVID-19, con la donación y envío de 400 mil dosis de la marca AstraZeneca envasadas en México para Belice, Bolivia y Paraguay, transportadas a bordo de un avión de la Fuerza Aérea Mexicana.

El mismo anuncio indicó que se considera el envío a Guatemala, Honduras y El Salvador.

Ciertamente es algo simbólico, ante la disparidad entre la cantidad de inoculaciones y el tamaño de las necesidades, pero eso es una infortunada parte de la actual realidad mundial: la inmensa mayoría de las vacunas necesarias para comenzar a controlar la pandemia está apenas por producirse.

Con todo, la donación mexicana, hecha en el marco de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (CELAC), que preside el canciller Marcelo Ebrard, es sin duda oportuna. Se trata de una manifestación de solidaridad. 

Belice, un país fronterizo frecuentemente ignorado, tiene cerca de 400 mil habitantes y recibirá cien mil vacunas; hasta ahora, ha aplicado unas 84 mil dosis, suficiente para 42 mil personas con inoculación doble, o sea poco más de 10 por ciento de su población. Ha registrado más de 14 mil infecciones y 325 decesos.

Bolivia, con una población de casi 12 millones, recibirá 150 mil vacunas. Unas 520 mil personas recibieron ya la doble vacuna y algo más de un millón, sólo la primera dosis. Pero busca la meta de al menos 7.5 millones de personas. Reporta 15 mil 417 decesos y 403 mil 291 casos confirmados. 

Paraguay, con 7.5 millones de habitantes, recibirá 150 mil dosis. Se han registrado unos 10 mil 699 muertos y 390 mil casos. Hay unas 444 mil 179 personas vacunadas, y tiene el objetivo de inmunizar a 4.7 millones de personas.

México parece encontrarse en mejor situación: con 120 millones de habitantes, vacunó ya a 25 millones 306 mil 211, o 28 por ciento de la población mayor de 18 años. Registra oficialmente 229 mil 353 muertos (extraoficialmente, el doble) y 2 millones 441 mil 866 casos.

Ningún país se puede dar el lujo de donar vacunas sólo por buena voluntad. De hecho, en las últimas semanas hubieron señalamientos respecto a una competencia política entre potencias, con muy publicitados envíos de cargamentos o anuncios de donaciones pese a las limitaciones reales de producción.

Hubieran también llamados a compartir las fórmulas de las vacunas, pero ni las empresas estadounidenses o europeas responsables ni los laboratorios paraestatales de China o Rusia, han hecho caso.

Pero aún, de acuerdo con la idea de solidaridad, habría que preguntar por qué no se buscó primero el envío a Centroamérica, especialmente a las naciones del llamado Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador), que son el principal origen de los migrantes hacia Estados Unidos que pasan por México.

Parecería lo lógico, desde lo geopolítico y lo sanitario.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS.
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

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