MALOS MODOS

Palabras que deben desaparecer, 3

Me parece cosa de deber cívico hacer algunos apuntes críticos sobre el lenguaje que pulula en redes y medios

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Esta columna no tiene ni tendrá afanes de censura, como dije muchas veces. Aun así, me parece cosa de deber cívico dedicarla periódicamente a hacer algunos apuntes críticos sobre el lenguaje que pulula en redes y medios. De ahí esta tercera entrega de “Palabras que deben desaparecer”.

Mi preocupación tiene como primer resorte la pandemia. He levantado ya la voz contra el uso de “sanitizar” y “protocolo”. Muy bien: sumo a esas palabras “biológico”. No, no, no. Repitan todas las veces que sea necesario “vacuna”. Sí, todas, incluso en el mismo párrafo, a despecho de sus clases de redacción.

Atásquense, indigéstense con la palabra “vacuna”, pero, por piedad, no digan “biológico”. Neta, eso los pone a un paso de “vital líquido” o “máxima casa de estudios”, y luego de eso queda el sótano de la lengua española: llamar “vate” a un poeta. Eso no se le ocurriría ni a… Bueno, olvídenlo. No vamos a hablar ahorita de Marx Arriaga. Casi lo olvido: también es medio mamador decir “el fármaco”.

Vamos ahora al mundo del crimen. Como les he dicho otras veces, no tenemos por qué adoptar el lenguaje oficial, que en general habla de cosas que no existen, pero eso sí, con términos horrendos. ¿Qué quiero decir? Que no existe tal cosa como un “multihomicidio”. No, gente querida. Lo que existe es una masacre, o, si prefieren cierta asepsia matemática, un número determinado de “homicidios”: cuatro, cinco, seis... Un chingo de asesinatos, pues. Ya que estamos, cada que la policía, el ejército o los criminales acribillan a alguien, lo que hacen no es “abatirlo”. Lo que hacen es matarlo.

Otro problema que ha dañado al español es el del transporte público chilango. ¿Se acuerdan de esas semanas en que nos quedamos sin varias estaciones por un incendio en el cuarto de máquinas? A la desesperada, pusieron camiones para transportar a multitudes que de por sí van hacinadas en los vagones.

¿Qué tendría que haber dicho el Metro (no, no hay necesidad de decir “Sistema de Transporte Colectivo”)? Algo así como (muy burocráticamente, de cualquier manera): “Mientras se restablece el servicio, los pasajeros podrán usar autobuses que saldrán de la entrada de las estaciones”, un modo conciso de decir la verdad sin tener que reconocer lo que todos sabemos: que el hacinamiento era aún peor que dentro de los trenes. Pues no. Lo que nos dijeron los funcionarios a cargo es que “se habilitó” (agh) una “Red de Movilidad Integrada”.

¿Feo? Mucho. Aunque por lo menos no “habilitaron” una red “Orgánica”, porque eso sí era para arrancarse los ojos. Y los oídos.

Termino, tal vez ya en plan demasiado quisquilloso, por suplicarles que tampoco digan “en las inmediaciones”. Y es que hay una palabra que sirve para decir lo mismo. La palabra es “cerca”.

Sigan al doctor Patán para más consejos de comunicación.

POR JULIO PATÁN
JULIOPATAN0909@GMAIL.COM 
@JULIOPATAN09

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