El gobierno actual nos está acostumbrando a que cada semana exista un acto de inconstitucionalidad. Reformas a leyes que contravienen lo estipulado en la Carta Magna parece que es su cometido.
La ley de la Industria Eléctrica, misma que decantó en amparos y, posteriormente, en la persecución presidencial a los jueces que emitieron dicha defensa de los ciudadanos; la reforma a la ley de Telecomunicaciones, la cual viola la seguridad y privacidad de los datos de la sociedad; ahora la imposición del transitorio para ampliar por dos años el periodo del actual presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), en la figura de Arturo Zaldívar.
Al respecto, desde sus mañaneras, el presidente siempre alude a “proteger y salvar al pueblo bueno”, a “eliminar la corrupción” o “a mirar por los intereses de los que menos tienen”. Sin embargo, la realidad es que López Obrador comete violaciones a la ley cada vez que lo desea, cada que uno de sus caprichos se ven limitados por la legalidad y por las instituciones.
Cada mañana hay un dicho para -justificar- sus caprichos, en esta ocasión mencionó que “Es constitucional la ampliación, pero eso lo van a decidir en [la Cámara de] Diputados. Mi opinión ya la externé, es que el ministro presidente es un hombre íntegro, honesto, y que ayudaría mucho en la renovación del poder judicial porque urge la reforma al Poder Judicial”.
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Lo anterior no es solo un comentario para -lavarse la cara- ante la sociedad, sino fue un mensaje a toda la bancada morenista para realizar sus designios “sin moverle una coma”; un recado a todos sus seguidores que la “superioridad moral” del presidente va más allá y pesa más que la Constitución; que la lealtad se paga y que necesitará “amigos” dentro del Poder Judicial para una eventual pérdida de la mayoría en la Cámara de Diputados en las próximas elecciones, pues recordemos que hoy el presidente tiene cinco de los 11 votos de la Corte, sumado a algunos otros de aliados.
Ante este (otro) golpe al respeto de la separación de los Poderes de la Unión, algunas voces dentro de Morena se pronunciaron en contra y alertaron el peligro de seguir dejando volar la imaginación y voluntad a ultranza del presidente, tales como las de Pablo Gómez, Porfirio Muñoz Ledo y Lorena Villavicencio, aunado a la oposición que deberá darse cuenta que esta podría ser el amalgama que necesitaba para generar un contrapeso a Morena y al presidente, pues cada vez más personas se percatan que desde Palacio Nacional se han gestado procesos desaseados, por decir lo menos, en contra de instituciones, golpeteos políticos para debilitar a organismos autónomos, estigmatización de medios de comunicación y constantes transgresiones a la Constitución.
Tenemos que reflexionar que estos caprichos del presidente no se pueden resarcir con algún dicho facilón. Las necedades del presidente están minando al país, sus instituciones y la sociedad misma. La ampliación del periodo de Arturo Zaldívar es una decisión grave en contra de la Constitución y de la democracia mexicana, es un acto que debilita la autonomía de los Poderes y, a todas luces, quebranta los pilares que sostienen a la nación. Si seguimos contemplando estas vejaciones a la legalidad del país, tal y como lo está haciendo el presidente, no habrá marcha atrás en el camino hacia el autoritarismo en México.
POR ADRIANA SARUR
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