DESDE AFUERA

Diplomacia de la vacuna

China y Rusia, que crearon sus propios antídotos, son poderes dominantes en el "mercado" político y de imagen creada por la demanda de dosis

OPINIÓN

·
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Con el anunciado envío a México y Canadá de cuatro millones de dosis contra el COVID-19, el gobierno del presidente Joe Biden entró finalmente a la era de la diplomacia de la vacuna, con retraso respecto a competidores como China, Rusia e India.

Desde que comenzaron a salir las vacunas contra el coronavirus, a finales de 2020, Estados Unidos ha adquirido más de mil 100 millones de dosis ,en un programa iniciado por el entonces presidente Donald Trump, para garantizar el acceso de los estadounidenses.

Pero la población de EU está estimada en 321 millones de personas y las masivas compras adelantadas de dosis fueron un factor para las acusaciones de acaparamiento lanzadas por algunos países, incluso México ante las Naciones Unidas. La Unión Europea protagonizó también su propia compra masiva de vacunas. Ambas potencias destacaron la urgencia de antídotos a sus propias poblaciones, ante la aún limitada producción de vacunas. 

China y Rusia, que crearon sus propios antídotos, son dos de los poderes dominantes en el "mercado" político y de imagen creado por la demanda de vacunas. India, gracias a su enorme industria farmacéutica, especializada en genéricos, participa también en el juego. Ahora Estados Unidos, productores y acumuladores, llegan a un escenario en el que hay tanto cálculo político como buena voluntad.

Cierto, hay alguna donación de vacunas, pero la realidad es que la producción del medicamento está muy por detrás de la demanda, y de hecho los diversos productos están aún sujetos a pruebas, debido a la urgencia que marca la investigación, creación, producción y distribución.

La situación es influenciada también por el origen de las vacunas. En Rusia y China la industria farmacéutica está bajo control directo o indirecto del Estado y se ajusta a decisiones políticas. En EU y la Unión Europea, los laboratorios farmacéuticos son empresas privadas y siguen reglas de mercado, aún en condiciones de emergencia.

China ha calificado sus remedios como "bien público" mundial, mientras India ha reconocido que su programa "vacuna amistosa" ha elevado su imagen internacional.

Lo cierto también es que hasta ahora las potencias que desarrollaron o fabrican la aún escasa medicina han escogido preservarla y venderla directamente, y en cierta forma con intención política, en vez de distribuirlas a través de COVAX, la organización internacional creada para ayudar a una más equitativa distribución de vacunas.

China, India y Rusia, entre otros, han impulsado y compiten hace meses en esta peculiar versión de "poder blando".

No son los únicos, aun cuando muchos lo hagan de forma simbólica. Entre otros, Israel y Cuba han anunciado que este año tendrán sus propias vacunas, Argentina y México convinieron producir conjuntamente la vacuna Astrazeneca para facilitarla al resto de la región. La idea general es reforzar alianzas e imagen internacional. Pero no hay nada gratis. 

Por JOSÉ CARREÑO FIGUERAS.
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

dza