DESDE AFUERA

Salgado Macedonio, ¿candidatura simbólica?

Al margen de que el presidente López Obrador considere injustas las denuncias por violación contra Salgado Macedonio, el hecho es que la cantidad y variedad de sus acusadoras hace del feminismo una enorme caja de resonancia a las presuntas faltas

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

El senador Félix Salgado Macedonio se ha convertido a nivel internacional en uno de los símbolos del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Y no es uno exactamente positivo.

Al margen de que el presidente López Obrador considere injustas las denuncias por violación contra Salgado Macedonio, el hecho es que la cantidad y variedad de sus acusadoras hace del feminismo una enorme caja de resonancia a las presuntas faltas.

Para sus partidarios, el respaldo público del mandatario y la ratificación de Salgado Macedonio como candidato a gobernador por el oficialista movimiento de Morena, pueden ser un acto de justicia frente a la presunta "guerra sucia" contra el aspirante.

La versión del gobierno, esencialmente para consumo nacional, es que la candidatura de Salgado Macedonio es popular. Fuera del país, la historia es otra.

El calificativo de "feminazis" usado por algunos simpatizantes del régimen para referirse a las militantes tampoco ayuda: es un término usado por la derecha estadounidense.

Desde el punto de vista de sus críticos, especialmente los grupos feministas, su ratificación puede ser considerada también como un acto en favor de un acusado de violencia de género. 

Y ese señalamiento acompaña la candidatura de Salgado Macedonio a nivel mundial.

Las afirmaciones contra el senador han tenido eco en la prensa internacional, más allá de los estadounidenses The New York Times, Washington Post o el español El País, frecuentemente denunciados a su vez por el presidente López Obrador. 

Esta vez hay algo diferente. Hay una creciente conciencia de género en el mundo y de acuerdo con el diario británico The Guardian, las feministas se han convertido en la principal voz de oposición al gobierno de López Obrador.

Y si bien la reconfirmación de la candidatura de Salgado Macedonio es el "manotazo" que confirma el poder presidencial, puso otra vez de relieve el fracaso del gobierno en reducir la violencia contra las mujeres.

Cierto que el problema no es nuevo en México, donde continúa pese a progresos reales y ficticios respecto a la situación y es uno que simboliza la impunidad, el desinterés o la impotencia de las autoridades.

Ya en la década de los 90 había denuncias por feminicidios en los estados de Chihuahua (principalmente Ciudad Juárez) y el Estado de México, acompañados de las denuncias internacionales correspondientes. 

En 2020, el número de crímenes directa y oficialmente señalados como feminicidios fue de 940; en 2019 hubo 1,006. Pero la sospecha es que tal como ocurría antes, sea un juego de números y definiciones: en enero de este año hubo 240 asesinatos de mujeres, pero "sólo" 67 fueron clasificados como feminicidios. 

Y como una gran parte de los delitos registrados en México, permanecen sin castigo.

En ese marco, el choque del presidente López Obrador con las feministas tiene reverberaciones internacionales y afecta su imagen y la del país. 

Por JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

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