COLABORADOR

Y usted, ¿ya compró sus paneles solares?

Es claro que el dinero público no alcanza para atender las necesidades de inversión del sector eléctrico y que requiere de la participación del sector privado

OPINIÓN

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Fausto Barajas/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de México

En caso de que no, vaya preparando la inversión para no sufrir apagones en el futuro, porque el gobierno de López Obrador apuesta por dejar a México sin energía.

México tiene una capacidad instalada de generación eléctrica de 86 mil megawatts (MW), sin embargo, para atender la demanda de electricidad en la próxima década tiene que agregar a su capacidad 60 mil MW. Además, tiene que retirar 12 mil MW de plantas de generación que concluyen su ciclo de vida útil.

Las adiciones de capacidad requerirán inversión entre 1.2 y 1.7 billones de pesos. Esto demandaría inversiones promedio de más de 120 mil millones de pesos anuales solo en generación eléctrica, más otros 20 mil millones de pesos anuales en transmisión y distribución, para llegar a un gran total de 140 mil millones de pesos por año.

Sin embargo, las inversiones que realiza la CFE son solo un tercio de lo requerido. En 2020, su presupuesto de inversión fue de 51 mil millones de pesos y para 2021 la cantidad fue la misma.

Es claro que el dinero público no alcanza para atender las necesidades de inversión del sector eléctrico y que requiere de la participación del sector privado. También es claro que hay otrastareas que demandan recursos públicos, como salud, educación e infraestructura, áreas que se quedarían sin ser atendidas por enfocar los recursos en algo que pueden realizar los privados.

Por si fuera poco, el sector eléctrico se encuentra en medio de una transición energética global de la que no se puede apartar. Los hogares y las empresas demandan cada vez más electricidad, no solo por el crecimiento inercial sino por el cambio de patrones de consumo. Un ejemplo es la llegada de los autos eléctricos.

Es evidente cuál es la respuesta de política energética que se necesita. Pero el gobierno de López Obrador se empeña en alejar a la inversión privada para atender las demandas futuras de energía. Primero lo hizo con la cancelación de las subastas eléctricas, que permitían la participación del sector privado en el sector. Y ahora lo hace con una iniciativa preferente que envió al Congreso para modificar la Ley de la Industria Eléctrica. De aprobarse, traerá como consecuencia apagones, restricciones para el crecimiento, menos empleo y pérdida de calidad de vida para los mexicanos. Seremos, como Cuba y Venezuela, soberanamente atrasados.

El despacho de energía que propone el presidente en su iniciativa es el siguiente: primero, la energía generada por las hidroeléctricas; segundo, las plantas de CFE, nucleares, geotérmicas, ciclos combinados y termoeléctricas, incluidas las basadas en carbón; tercero, las eólicas y solares de particulares; y cuarto, los ciclos combinados de empresas privadas.

Las ideas presidenciales van en contra de la lógica de proveer la energía al menor precio. Mientras las eólicas y solares tienen un precio inferior a los 400 pesos por Megawatt hora (MWh), las hidroeléctricas se ubican en más de 1,200; las carboeléctricas en más de 1,400 y las termoeléctricas en más de 2,000 pesos por MWh.

A todas luces la iniciativa es un despropósito:

  • En lo ambiental, al dar prioridad a una carboeléctrica sobre una planta solar o eólica, a pesar de que la primera es más contaminante
  • En lo económico, al comprar primero lo más caro y al último lo más barato. Además de restringir la inversión, el empleo y el crecimiento económico.
  • En la lógica global, al ir en contrasentido de los países más desarrollados que cada vez utilizan más energías limpias y renovables. Además de generar fricciones con Estados Unidos, el principal socio comercial de México, que impulsa una agenda hacia la transición energética y que también ve vulnerados los tratados que tiene con México.
  • En las libertades, se restringen la participación de las empresas, la libertad de mercado, y se restringen a los individuos que no pueden elegir a un proveedor diferente de energía.

Ante este escenario, no queda más que sugerirle al lector que vaya ahorrando para instalar paneles solares en su casa o empresa. Hágalo, antes de que el presidente amanezca de malas y también lo prohíba.

 

POR FAUSTO BARAJAS
ESPECIALISTA EN INFRAESTRUCTURA
@FAUSTOBARAJAS

 

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