TIEMPOS DE INFRAESTRUCTURA

El México que nos depara

Los proyectos público-privados permiten aplicar esquemas viables capaces de reducir la brecha en infraestructura en nuestro país

OPINIÓN

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Úrsula Carreño/ Tiempos de Infraestructura/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Una de las lecciones más importantes de 2020 es cómo, ante una pandemia que ha replanteado fuertemente el status quo, hemos actuado resilientemente para modificar paulatinamente nuestros hábitos; en ese sentido, uno de los ejes rectores de nuestro día a día, el trabajo, ha suscitado cambios muy importantes; muchos expertos coinciden en que la manera tradicional de llevarlo a cabo desaparecerá y, difícilmente, se repetirá según la costumbre; entre otras cosas, el uso físico de oficinas tenderá a desaparecer y habrá una transición hacia el teletrabajo o la denominada home office.

Al respecto, es importante señalar que, en enero de este año, entraron en vigor las modificaciones a la Ley Federal del Trabajo, en las cuales se contemplan obligaciones para los empleadores y empleados en materia de teletrabajo; sin duda, un avance importante en cuanto a reconocer esta nueva modalidad, la cual, ciertamente, llegó para quedarse.

Adicionalmente, existe consenso en que, además del cambio en la forma de trabajar, se transformarán diversos sectores, entre ellos: 1) El sector salud, que seguirá otorgando citas médicas a través de las teleconsultas; 2) El sector educativo, donde se espera un modelo híbrido, en el cual, algunas clases se impartirán presencialmente y, otras, a distancia; 3) El sector turismo, el cual contempla privilegiar aquellos lugares que ofrezcan una experiencia cercana a la naturaleza, además de que muchos de los servicios a experimentar serán virtuales, esto es, el avance y la aplicación tecnológica tendrán un papel preponderante.

Sin duda, lo anterior se traduce en grandes retos de adaptación hacia ese mundo virtual en distintos sectores; ese mundo globalizado, donde comienzan a vislumbrarse, en el mercado laboral, las primeras señales de mayor competitividad, perdiendo relevancia la presencia física y, ganando, las capacidades profesionales y su relación con la nueva inventiva tecnológica.

Me parece que, ante esta situación de constante cambio y demandante adaptación, México enfrenta un gran desafío; así como muchas empresas han iniciado la inversión en desarrollos tecnológicos que les permitan transitar hacia este nuevo modelo de mercado, el sector público debe buscar, fehacientemente, alternativas que le faculten para ofrecer servicios públicos que satisfagan estas nuevas necesidades; en este aspecto, considero el desarrollo en infraestructura como una pieza rectora y fundamental.

Basta mencionar un importante ejemplo; actualmente, el gobierno federal opera un proyecto con inversión pública-privada, denominado “Red Compartida”; éste consiste en la instalación y uso de una red pública de telecomunicaciones que permite el acceso a la comunicación de banda ancha y a los servicios de telecomunicaciones móviles; en síntesis, dicha inversión en infraestructura ha multiplicado nuestras posibilidades de comunicación en telefonía móvil e internet, ya que ésta ha permitido que un mayor número de proveedores ofrezca mejores servicios y cobre precios más competitivos.

Definitivamente, dicho proyecto ayuda hacia la mencionada transición tecnológica; sin embargo, este tipo de proyectos son sólo una parte de la infraestructura que necesita el país; para un desarrollo sustentable y una ordenada transición, resulta muy importante considerar los sectores más vulnerables de la sociedad, esto es:

  1. ¿Qué sucede en el caso de aquellas personas que no tienen o pueden acceder fácilmente a la tecnología?
  2. ¿Qué pasa en países como el nuestro en que existen comunidades dispersas en el territorio y sin el acceso a sistemas de telecomunicaciones?

Nuevamente, a través de la inversión público y privada podemos acercar dichos servicios, impulsando y creando las condiciones necesarias a través del emprendimiento social, lo que permitirá plantear y ejecutar soluciones de corto, mediano y largo plazo de aquellas problemáticas históricas a resolver como son el acceso a la educación, la salud y la seguridad.

De ese modo, insisto en que las sinergias entre los sectores público y privado son fundamentales; sin duda, los proyectos público-privados permiten aplicar esquemas viables capaces de reducir la brecha en infraestructura que existe en nuestro país.

Estamos ante una realidad inminente; por eso, como país, debemos planear y dictaminar políticas públicas que permitan transitar hacia este nuevo contexto tecnológico, evitando las brechas y desigualdades sociales… Estamos a tiempo, hagámoslo.


​​​​​​Gráfico: Especial

POR TIEMPOS DE INFRAESTRUCTURA
SOCIA FUNDADORA DE DUOMO BRUNELL, S.C
@URSUCARRENO

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