Urge estructurar planes y programas sanitarios y socioeconómicos estratégicos a corto, mediano y largo plazos inclusive, antes de que el país comience a colapsar en todos los aspectos. Estamos a tiempo.
Mientras cada quién escriba, diga o haga lo que quiera por su lado sobre esta crisis sanitaria, dentro de poco será el ¡infierno total!, tal como ya lo están viviendo miles de familias en México. Se unifican los criterios y se impone el orden, en base a la razón científica y humana, o en poco tiempo seremos parte de las estadísticas. Tal parece que, en este país, además de analfabetos-aunque sepamos leer y hasta seamos profesionistas, pero no razonamos-somos sordos y ciegos. Como “niño berrinchudo, caprichudo y terco” que no se quiere comer la sopa de verduras, nos resistimos a usar el cubrebocas y andamos de fiesta en fiesta desafiando a la adversidad y poniendo en riesgo la salud y la vida de los demás.
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El reporte de Forbes-EFE continúa así. - Bredl señala que ese compuesto orgánico que utiliza sobre todo la industria cosmética, se puede obtener a partir de plantas y bacterias y pide a las compañías farmacéuticas que se van a enriquecer con las vacunas de la Covid-19 que no piensen solo en los “dólares”, sino en el planeta. Aunque pueda parecer raro, resulta más barato para esas compañías el escualeno obtenido a partir del aceite del hígado de tiburón, que sobre todo comercializan países asiáticos, que las alternativas. Pero para la humanidad y la naturaleza, sin embargo, “lo barato sale caro”, puntualiza esta aliada de los tiburones.
Shark Allies llevaba tiempo estudiando las consecuencias en la población mundial de tiburones del uso de escualeno por la industria cosmética cuando surgió el Covid-19 y la investigación tomó un nuevo rumbo, según cuenta Brendl. Según la organización ecologista, usar tiburones como fuente de escualeno es “corto de miras, de resultados impredecibles y no sostenible” cuando existen alternativas más efectivas que no ponen en peligro a un animal salvaje con una población “finita” que, además, está amenazado por otros motivos. Continuará…
De acuerdo a la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud, en su reporte semanal epidemiológico-01 de enero 2021-sobre muertes maternas, señala lo siguiente: La razón de mortalidad materna calculada es de 80.5 defunciones por cada cien mil nacimientos estimados, lo que representa un incremento del 181 por ciento en la razón respecto a la misma semana epidemiológica del año anterior. Las principales causas de defunción son: Covid-19 registra 19, 61.3 por ciento con virus SARS-Cov2 confirmado. Y sin virus identificado 2 casos, 6.5 por ciento. Enfermedad del sistema respiratorio que complica el embarazo, el parto y el puerperio (recuperación posparto) 9.7 por ciento. Las entidades con más defunciones maternas son: Estado de México 6, Nuevo León 4, Michoacán 2 y Oaxaca 2.
Cabe precisar que, entre el 1 de enero al 7 de diciembre de 2020, la Secretaría de Salud reportó 36 muertes maternas en Oaxaca, lo que colocó al estado en el octavo lugar con este tipo de muertes. En el primer sitio se ubicó el estado de México con un total de cien muertes maternas, le siguieron Chiapas con 57, Puebla con 44. Chihuahua 41, Ciudad de México 40 y Veracruz 37. De las 36 ocurridas en Oaxaca, nueve mujeres murieron al no recibir atención médica. La principal causa de las muertes maternas en el país fue el haberse contagiado por el coronavirus causante de Covid-19, lo que representa el 21 por ciento de los fallecimientos.
De las 853 muertes maternas registradas en México hasta el 7 de diciembre de 2020, 180 fueron a causa de Covid-19 y en 45 más se sospecha de esa enfermedad como probable causa. El Consejo Nacional de Evaluación (CENEVAL), ha señalado que la muerte de una madre es una tragedia evitable.
Este es, amable lector, tan solo un preocupante panorama de la triste realidad de esa reacción en cadena de contagios que se seguirá dando, si no se actúa con responsabilidad y criterio científico cuanto antes. Lo más lamentable de esto es que, además de las madres, los bebés, son también víctimas indirectas de los daños colaterales que esta pandemia está causando. ¿Qué decir de los animales que ya están pagando también las consecuencias?
POR DIEGO ALCALÁ PONCE
DIEGOALCALAPONCE@HOTMAIL.COM
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