El pecado del Atlas, tras 48 años de no quedar campeón, sin duda, fue en aquel lejano 1999 haber llegado a la gran final del futbol mexicano y enfrentar al mejor equipo que recuerde en torneos cortos, los Diablos Rojos del Toluca, encabezados por José Saturnino Cardozo. El monstruo del ataque escarlata que tan solo en un torneo registró 29 anotaciones. Tigres, la mejor ofensiva de este certamen perforó la meta rival en 26 ocasiones. Imagínese la trascendencia del Príncipe Guaraní. Él solo hizo más que un combinado completo. Detrás de él, Víctor Ruiz, un dúctil cobrador mexicano de tiros libres, Fabián Estay, dotado también de una envidiable técnica individual, y uno de los mejores guardametas foráneos que ha llegado a estos lares como Hernán Cristante.
Era impensado bajo esa premisa pensar que fueran derrotados con esos grandísimos nombres que después de tantos años se siguen recordando como los más temibles.
Del otro lado, La Furia rojinegra que en aquel momento tenía el mote del mejor semillero del país. Rafa Márquez se convertiría años después en el mejor defensa mexicano de la historia, ganando títulos internacionales con el Barcelona formando parte de la más brillante línea defensiva que el club blaugrana ha tenido en su historia junto con Puyol.
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En 1992, siete años previos de aquella mítica cita por el título, Atlas había incorporado a uno de los personajes con más peso dentro del futbol mundial para impulsar a sus jóvenes. "El Loco” Marcelo Bielsa y vaya que lo conseguiría. En ese tiempo ascendió al primer equipo a 24 elementos dentro de los que destacan Oswaldo Sánchez, Pavel Pardo o Jared Borgetti. Los llamados niños héroes tenían en las postrimerías del milenio pasado a Daniel Osorno, Miguel Cepeda, “El Chato" Rodríguez, el citado Márquez o Erubey Cabuto como sus canteranos más destacados. En esa final, Atlas tenía a ocho jugadores surgidos de sus fuerzas básicas como titulares, y no había sido coincidencia que llegaran a ella después de pulverizar a Monarcas y Cruz Azul en cuartos y semifinales.
En el partido de ida empataron a tres en el Estadio Jalisco; no conformes con ello, en el regreso volvieron a igualar a dos, y los penales sentenciaron a los tapatíos que, tras aquel fatídico episodio, comenzaron su camino a la ruina económica y deportiva.
Jamás volvieron a llegar a una instancia de peso hasta este 2021.
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El año en que pudieron probar la gloria por primera y última vez nació el Canal de las Estrellas, se planearía el auditorio nacional, y México estaba a punto de vencer a otra pandemia, la viruela. Hoy, tras setenta años de este suceso lo volverán a intentar de la mano de un grupo como Orlegi, que prioriza los principios de aquel Atlas como base para forjar el del futuro. Como en 1999, Los de Colomos no saltan como favoritos, sobre todo, porque enfrentarán al León que ha llegado a tres finales en los últimos cinco torneos. ¡que se venga la batalla por el campeonato!
POR JOSÉ EDUARDO IGA
TITULAR DE ARREBATO DEPORTIVO EN EL HERALDO RADIO TORREÓN
@JOSE_IGA
PAL
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