Columna Invitada

Ómicron, nuevo capítulo de la pandemia en México

Debido al comportamiento en la trasmisibilidad, la OMS la considera como una variante de un riesgo alto o muy alto

Ómicron, nuevo capítulo de la pandemia en México
Juan Manuel Lira / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Las visiones filosóficas de las prácticas que adquieren los gobiernos en situaciones de emergencias sanitarias —como la pandemia por COVID-19— es una forma “orgánica” y válida de análisis; no obstante, estas visiones difícilmente identifican la “realidad sensible”, la del día a día de los enfermos, personal médico, economía y salud mental. Es en este contexto que las políticas públicas aplicadas por la 4T en el manejo de la pandemia han sido equilibradas y adaptadas a cada etapa de la pandemia. Hoy en día un nuevo capítulo se escribe en la salud pública de esta administración.

La reciente aparición de la variante Ómicron surge en un México cansado de COVID-19. Aún es temprano para conclusiones sobre esta nueva variante ya que la información de la que se dispone es “preliminar e incierta”, no obstante, con la información científica disponible se pueden hacer algunas inferencias:

Se trata de una nueva mutación del virus original —30 mutaciones—, aunque no se descarta que por el número de mutaciones se trate de un nuevo virus —SARS-CoV3—. Ómicron puede ser más transmisible —2.5 veces mayor— que la variante Delta —la más dominante en el mundo y en México—. No hay reportes de que ocasione enfermedad más grave que las otras variantes, hay que tener en cuenta que aún es poco tiempo para evaluar su “severidad”. El 50 por ciento de los casos han sido asintomáticos y el otro 50 por ciento han tenido síntomas leves. Al igual que las demás variantes la transmisión es por aire, con mayor propagación en lugares poco ventilados “sigue siendo una pandemia de interiores”.

La presencia de múltiples mutaciones en la proteína de “espiga” le dan una alta probabilidad de “burlar” la inmunidad adquirida por la vacunación o por una infección previa. En México el primer caso confirmado tenía dos dosis de Pfizer, en otros reportes mundiales hay casos de vacunados y con infección previa.

Debido al comportamiento en la trasmisibilidad, la OMS la considera como una variante de preocupación de un riesgo alto o muy alto. Ante este escenario y en una temporada invernal con una inminente “cuarta ola” se debe reforzar la estrategia de salud federal ante este nuevo capítulo de la pandemia: mejorar la integración de los subsistemas (IMSS, ISSSTE, Insabi, privados) con un modelo operativo único, acelerar la vacunación y refuerzo para población vulnerable, uso obligatorio y correcto del cubrebocas, más pruebas y aislamiento de contactos, adecuada ventilación en lugares cerrados, sana distancia, higiene de manos, y disminuir en lo posible la movilidad social.

La aparición —inevitable— de Ómicron en México tendrá dos caminos: dada su alta contagiosidad sustituirá a la variante Delta, si es más agresiva traerá consecuencias nefastas. Pero si fuera menos agresiva podríamos coexistir de manera “pacifica” con el virus —como ha ocurrido con otros— y al ser la variante predominante sustituiría a las anteriores, lo que marcaría el final de esta pandemia. Mantengamos viva la llama de la esperanza.

POR JUAN MANUEL LIRA
MÉDICO Y ANALISTA EN TEMAS DE SALUD

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