COLUMNA INVITADA

Pandemia genera nuevos mercados ilícitos

El más reciente botón de muestra es el número de personas fallecidas por coronavirus que según el INEGI ascendió a 108 mil 658 entre enero y agosto del 2020

OPINIÓN

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Facundo Rosas/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Pese al discurso triunfalista y hasta jocoso que han pronunciado las autoridades federales desde el inicio de la pandemia en el sentido de que ha sido domada y que la curva ha sido aplanada, la realidad es que las cosas se han venido complicando de manera gradual en diversos ámbitos de la vida nacional.

El más reciente botón de muestra es el número de personas fallecidas por coronavirus que según el INEGI ascendió a 108 mil 658 entre enero y agosto del 2020, que echa por tierra la cifra difundida por el vocero presidencial con corte al mismo mes, cuando se nos dijo que los muertos por Covid-19 eran únicamente 75 mil 017, a sabiendas que era mentira.

En materia de seguridad el coronavirus trajo consigo dos cosas de la mayor relevancia para el país, una buena y una mala.

La buena es que las potenciales víctimas de la delincuencia se confinaron, las casas ya no quedaron vacías como cuando la gente salía a trabajar y a llevar a los niños a la escuela, la mayor parte de los negocios cerraron e incluso las agencias del Ministerio Público redujeron su actividad, por lo que la mayoría de los delitos bajaron.

La mala es que el agravamiento de la pandemia registrado durante el último mes de 2020 y el primero de 2021 generó tres nuevos mercados ilícitos, el oxígeno medicinal, los medicamentos para el tratamiento del Covid-19 y las vacunas.

En cuanto al oxígeno medicinal, autoridades de los estados de México, Sonora y Tlaxcala  reportaron los primeros robos de tanques que posteriormente han sido puestos a la venta a través de las redes sociales y en algunos tianguis o mercados informales en los que los clientes no reparan en el precio, calidad ni el nivel de llenado.

En este sentido, la respuesta del gobierno federal ha consistido en fortalecer el patrullaje en las carreteras por donde se transportan los cilindros para que no sean robados, así como la autorización para que más empresas puedan “producir” y comercializar oxígeno para uso médico, sin embargo, estas acciones llegan tarde ya que tanto “coyotes” como delincuentes llevan semanas comercializando tanques usados.

Por lo que respecta a los medicamentos para el tratamiento del Covid-19, ante el desabasto en las farmacias y en el mismo sector salud, integrantes de los grupos delictivos han sacado de sus bodegas lo que desde el principio almacenaron a sabiendas que esta situación se iba a presentar, sustituyendo incluso las medicinas originales con mercancía pirata o caduca. Este tipo de actividad delictiva se presentaba anteriormente en el estado de Jalisco, sin embargo ya comienza a registrarse en el Valle de México y otras ciudades densamente pobladas, donde también comienzan a reportarse robos.

El más reciente mercado ilícito es sin duda el de las vacunas y su aparición en el escenario nacional deriva de muchos factores, entre ellos la restricción que el gobierno federal había venido imponiendo a los estados, a las farmacéuticas y a los hospitales privados. Esta situación generó que grupos delictivos traten de robarlas del lugar donde se almacenan o los vehículos en que se transportan para poder comercializarlas ilegalmente. Simultáneamente han tratado de adquirir o replicar el principio activo y producir vacunas pirata, generando una falsa expectativa a quien con tal de conseguirla es capaz de dar un adelanto con el riesgo de que sea defraudado.

Uno de los estados de la República donde los delincuentes han llegado a ofrecer vacunas a la propia autoridad es Puebla, que en respuesta envió una iniciativa de ley para que este ilícito sea castigado. Paradójicamente la entidad poblana y en mayor proporción su capital, fueron las demarcaciones donde la pandemia contribuyó en que los delitos disminuyeran significativamente durante 2020.

 

POR FACUNDO ROSAS
EXCOMISIONADO DE LA POLICÍA FEDERAL