COLUMNA INVITADA

Presidencia INAI 2017-2020 ( Temple y gratitud)

Tres años y medio de adversidad pública y, a la vez, la fortuna de contar con los compañeros del pleno sintetizan esta odisea

OPINIÓN

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Francisco Acuña Llamas / Analista y catedrático de la UNAM / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

EPÍGRAFE: Con gratitud a Ximena Puente, Arely Cano, Patricia Kurzcyn, Oscar Guerra, Joel Salas, Eugenio Monterrey, Blanca Lilia Ibarra, Carlos Bonnín (QEPD), Norma Julieta del Río, Josefina Román y Adrián Alcalá, cada uno de un modo u otro incidieron en esta formidable experiencia. Pero fundamentalmente, a mi equipo, a la ponencia, y a toda la comunidad del INAI.

Tres años y medio de adversidad pública y, a la vez, la fortuna de contar con los compañeros del pleno sintetizan esta odisea.
Asumir la presidencia del órgano constitucional autónomo de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos
Personales (INAI) ha sido la delegación de autoridad y representatividad más importante de mi trayectoria pública.

La colegialidad es acaso la más difícil de las responsabilidades públicas, porque consiste en un mandato compartido para corregir a las demás instituciones y dependencias.

Mientras en las decisiones cuasi-jurisdiccionales cada uno juega a título propio en las decisiones administrativas del colegiado, quien preside prueba su tino y eso amerita el tono con el que debe conseguir el consenso que se requiere para colocar a la institución en una posición decorosa frente a todos los “sujetos obligados”, las OSCs y los medios.

La colegialidad es cotitularidad y somos 7 (en el caso del INAI) yuno/a preside por un periodo, y eso motiva toda suerte de intercambios de ánimo cruzado o deliberada confrontación y, también, la muy agradable y afortunada ecuación de lograr que lo inesperado se alcance, y disfrutar de las coincidencias y afinidades naturales.

¿Qué hubo dificultades y desgracias? Por citar: los costes de los sismos de septiembre de 2017; peor encarar el duelo institucional por la muerte inesperada del compañero Carlos Bonnín, a finales de 2018, y encima preparar el inicio de la relación con la nueva administración pública federal, después de los severos reproches que el entonces candidato del partido triunfador en los comicios le había dedicado al INAI, fue un trance de enorme incertidumbre.

A dos años de la nueva gobernación tuvimos también que afrontar la reducción presupuestal de 25 % como fórmula para asimilar la austeridad republicana, y aun así continúa la profunda incomprensión del titular del Poder Ejecutivo a la institución y, especialmente, a las funciones constitucionales que debe realizar; debo también eso sí,  reconocer que esa situación ha encontrado alivio, dado que los integrantes del gabinete presidencial han tenido para el INAI un trato amable y ánimo de colaboración. Mi sucesor o sucesora tendrá que encarar las faenas siguientes.

Al final, como suele suceder en la vida, los yerros institucionales los asume el titular (reitero representante legal), y los aciertos y
logros los comparten todos los cotitulares, aunque algunos hubieran hecho poco al respecto.

Finalmente, dejaré a mi sucesor/a los reflectores y servir de amalgama para la cohesión institucional y serenidad para de inmediato comprobar que las amistades políticas son del cargo.
 

POR FRANCISCO ACUÑA
@F_JAVIER_ACUNA