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Crisis Climática: Hablemos del tema

Adoptar un enfoque basado en la economía circular y energías limpias no solo protegerá los recursos naturales, sino que también mejorará nuestra calidad de vida, creando un futuro sostenible para las próximas generaciones

Crisis Climática: Hablemos del tema
La tecnología juega un papel fundamental para poder alcanzar los objetivos que plantea la ONU Foto: Pixabay

¿Te has dado cuenta de que las estaciones ya no son tan marcadas como solían serlo, que escuchas con más frecuencia que hay desastres naturales o te enteras de que hay escasez de agua en varias zonas, tanto de tu ciudad como del país? Estas son solo unas pocas de las consecuencias del cambio climático a las que nos estamos enfrentando.

A lo largo de la historia, la industrialización ha sido un indicador del avance y mejoramiento en la calidad de vida de la humanidad, transformando al mundo mediante innovaciones tecnológicas, económicas y sociales. Sin embargo, su rápida expansión ha traído consigo consecuencias de distintas índoles, entre las que destaca la afectación al medio ambiente. 

Expertos se han dedicado por décadas a estudiar este fenómeno, y gracias a la información recopilada a través de diversos estudios se ha creado conciencia de esta problemática, y a su vez han surgido organizaciones y fundaciones que se preocupan por atender y mitigar este asunto, ya que, tomando como referencia los informes de evaluación del IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change), nos hemos percatado de que no solo han sido insuficientes nuestra acciones, sino que también hemos llegado a puntos de no retorno.

Las grandes industrias, como la energética, textil, alimentaria, de construcción, tecnológica y de transporte, desempeñan un papel central en este tema. Y si bien, son indispensables para llevar a cabo nuestras actividades cotidianas, es fundamental entender el impacto que tienen e implementar soluciones sostenibles que promuevan un desarrollo responsable. 

Según el CIEP, tan solo el 64% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en México provinieron del sector energético este año a causa de la quema de combustibles fósiles. Sin embargo, esta manera de producir energía es la más conocida y la mejor establecida en nuestro país.

Ya existen propuestas y modelos en los que nos podemos basar para combatir el cambio climático; por ejemplo, la teoría de la “Economía del donut o de la rosquilla”, propuesta por la economista inglesa Kate Raworth en 2012. Esta plantea que, al igual que una rosquilla, existen dos círculos concéntricos. “En el anillo interior están dibujados los requisitos básicos para el bienestar del ser humano: agua potable, comida, salud, educación, ” etc [...], mientras que en el anillo exterior están “los límites medioambientales, el techo ecológico: cambio climático, acidificación de los océanos, contaminación química, reducción de la capa de ozono, pérdida de la biodiversidad, extracción de agua dulce y otros peligros para la sostenibilidad de la Tierra” (BBVA, 2024). 

El espacio o “masa” que queda entre estos dos anillos es donde la humanidad puede prosperar, es decir, es un lugar “ecológicamente seguro y socialmente justo”, como menciona la misma autora. Es ahí donde debemos poner atención para mantenernos en equilibrio. 

Por otro lado, en el documental titulado: “Una verdad incómoda” (2006), Al Gore, político y ambientalista estadounidense, aborda esta problemática de manera audaz y basándose en la premisa de que más allá de tratarse de una cuestión científica, política o económica, se trata de una cuestión moral. Esta perspectiva surge de las implicaciones éticas relacionadas con la responsabilidad humana y la conciencia por los derechos de las futuras generaciones.

¿Pero cómo podemos adaptar estas teorías y propuestas en en Méxicom donde no existe realmente una conciencia climática en la población y la corrupción puede ser un factor determinante para que se ejecute o no una iniciativa?

La respuesta es que es fundamental fomentar la colaboración entre sectores claves para lograr un cambio efectivo en la dinámica de impacto ambiental que tiene el país. Requiere combinar la experiencia global con soluciones adaptadas a nuestra cultura e iniciar el cambio de mentalidad desde la educación. La tecnología también juega un papel fundamental para poder alcanzar los objetivos que plantean los organismos internacionales, como la ONU.

Es imperativo desprendernos de los patrones negativos que hemos repetido como sociedad por siglos. A través de tecnologías sostenibles, políticas públicas bien dirigidas y cambios en los hábitos de consumo, podemos mitigar estos efectos: qué compramos, cómo nos movemos, cuánto consumimos y cuánto reciclamos. Adoptar un enfoque basado en la economía circular y energías limpias no solo protegerá los recursos naturales, sino que también mejorará nuestra calidad de vida, creando un futuro sostenible para las próximas generaciones. 

 

Sofía Lugo López

Alumna de la Licenciatura en Ingeniería Industrial e Innovación Basada en Datos

Universidad Panamericana

Redes sociales: @sofi_lulo

 

Referencias:

BBVA. (julio, 2024). 'Economía del donut o de la rosquilla’: ¿Qué hay detrás de este concepto?. Recuperado en diciembre 2024 de https://www.bbva.com/es/sostenibilidad/que-es-la-economia-del-donut-o-de-la-rosquilla/ 

CIEP. (junio, 2024). Energía y finanzas públicas: Hacia una transición justa. Recuperado en diciembre 2024 de https://ciep.mx/wp-content/uploads/2024/06/CIEP_TEJ_Kit-de-prensa-18-06-2024.pdf?utm_source=chatgpt.com 

IPCC. (2024). AR6 Synthesis Report: Climate Change 2023. Recuperado en diciembre 2024 de https://www.ipcc.ch/report/ar6/syr/ 

Anon. (2024). ¿Cómo será el futuro si no frenamos el cambio climático?. Pacto mundial. Recuperado en diciembre 2024 de https://www.pactomundial.org/noticia/como-sera-el-futuro-si-no-frenamos-el-cambio-climatico/ 

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