DESDE AFUERA

EU y México: ¿Otras vez de acuerdo de discrepar?

Algunos diplomáticos, en el pasado, definieron el tono de la relación como el "acuerdo en estar en desacuerdo"

OPINIÓN

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José Carreño Figueras/ Desde Afuera/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: FOTO: Especial

Los desacuerdos son comunes en la relación bilateral entre Estados Unidos y México. Lo que tradicionalmente ha hecho la diferencia son los énfasis que cada gobierno ponga y la necesidad de resolverlos con mayor o menor ruido.

Algunos diplomáticos, en el pasado, definieron el tono de la relación como el "acuerdo en estar en desacuerdo". 

Pero según lo que se ve, es posible que el gobierno entrante de Joe Biden y el régimen de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) estén en ruta de colisión. 

Habría que apuntar que ese choque puede no ocurrir: Se auguró lo mismo cuando AMLO llegó al poder en 2018 y el presidente Donald Trump culpaba a México de todos los males estadounidenses. A fin de cuentas lograron un acomodo y una relación que el mandatario mexicano calificó como "respetuosa".

Trump se preocupó de dos temas: migración y comercio. En lo primero, amenazó con imponer tarifas como represalia si México no detenía las caravanas de migrantes centroamericanos, para luego alabar el uso de la Guardia Nacional mexicana para detenerlas. 

En cuanto a comercio, demandó y obtuvo la sustitución del Tratado de Libre Comercio de América del Norte para reemplazarlo por el nuevo T-MEC, que puso como ejemplo durante su campaña.

Más allá, se mantuvo alejado de temas mexicanos, y eso en opinión de analistas estadounidenses vino bien al gobierno de López Obrador.

Pero el gobierno de Biden será distinto. Sobre todo, porque tiene prioridades distintas y algunas de las políticas del mandatario mexicano han generado molestia.

Se espera que temas como medioambiente, derechos humanos, civiles y laborales, justicia, energía (del retroceso en términos de inversiones privadas al aprovechamiento de recursos renovables), seguridad y narcotráfico serán parte de la agenda del gobierno estadounidense. 

Y aunque son generalidades, muchos quieren ver el anuncio de confrontaciones con el lado mexicano.

El gobierno de México se las ha arreglado para irritar a numerosos grupos no-gubernamentales, que si en el pasado mantenían una actitud crítica, pero alejada, ahora parecen más inclinados a demandar mayores responsabilidades. Eso no ayudará a las relaciones en el Congreso o a contentar a los legisladores latinos, muchos de ellos irritados por la renuencia de López Obrador a felicitar a Biden.

Paralelamente, queda establecida la creciente desconfianza entre las políticas y los organismos de inteligencia estadounidenses y el gobierno mexicano, reflejada oficialmente en la propuesta legislación para acotar y regular el funcionamiento de las agencias investigativas de EU, y las siempre presentes "filtraciones" sobre la vulnerabilidad de la información confidencial, debido a la corruptela de las instituciones mexicanas.

Con todo, los dos países necesitan uno del otro, y aunque sea prematuro hablar de relaciones buenas o malas, es viable esperar un nuevo acuerdo para estar en desacuerdo.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1