Columna Invitada

¡¡¡Llamado de alerta!!!

Debe continuarse con las investigaciones y experimentos científicos hasta dar con esa ansiada vacuna

¡¡¡Llamado de alerta!!!
Diego Alcalá Ponce Colaborador Opinión El Heraldo de México Foto: Foto: Especial

Hasta donde se sabe, una vacuna, para su preparación y efectividad garantizada, lleva un largo período de análisis y experimentos de acuerdo a la enfermedad que ya se conoce su origen, y no de una que todavía no se sabe, a ciencia cierta, de dónde proviene. Las vacunas se desarrollan, prueban y regulan de manera similar a otros medicamentos. Por lo regular, las vacunas cuentan con pruebas más meticulosas que los medicamentos, porque, por lo general, es mayor la cantidad de humanos en los ensayos clínicos. El desarrollo de una vacuna es un proceso largo y complejo en la que a veces participan organizaciones públicas y privadas, y por lo regular tarda varios años.

A decir verdad, amable lector, una vacuna “exprés o al vapor” no es garantía de que acabará, o al menos detendrá una pandemia de la magnitud que ahora enfrentamos. No se trata de detener una fuga o de acabar con algo que nada tiene que ver con nuestra salud, de nuestra vida y de la seguridad de todos. Lo que se tiene que buscar, cuánto antes, es el remedio eficaz para detener este mal que día a día crece y preocupa. De ahí que, mientras se busca y se encuentra esa fórmula medicinal, así sea científica, incluso casera, o de cualquier otro tipo, debe continuarse con las investigaciones y experimentos científicos hasta dar con esa ansiada vacuna que inhiba esta contagiosa y malévola infección global, que ya se está prolongando demasiado y amenaza acabar con la humanidad.

De ahí la urgente necesidad de integrar un círculo médico eficiente y científico para tratar de detenerla.

¿Exageramos? No, amable lector. Hagamos cuentas, reconozcamos y aceptemos, que las cosas, lejos de mejorar, están empeorando. Se está cumpliendo un año que empezó y es hora de que no entendemos,que esto es realmente grave y peligroso. Diariamente se contagian y mueren miles en el mundo a causa de este terrible mal que todavía se desconoce su origen. Y si todavía se desconoce su procedencia, ¿cómo combatirlo? He ahí el dilema. Este asunto del Covid-19 no es cuestión de suerte, sino de vida o muerte. El promedio diario de muertos en México es entre 400 y 500 y miles de contagiados. Si esto no es de llamar la atención y preocuparse, entonces esperemos a que se incremente sustancialmente, para hasta entonces reconocer, y aceptar, que esto es realmente grave. Ojalá no sea demasiado tarde. ¿Acaso, esperaremos a caer como moscas?

Una de las consecuencias que, aunque ya se sabe, pero que no se ha reparado en ella, y que mucho tiene que ver con el manejo de esta pandemia, es el contagio y muerte de muchos médicos. ¿Acaso, héroes a la fuerza? De continuar como va esta enfermedad altamente contagiosa y mortal, los más vulnerables seguirán siendo los profesionales de la salud que están enfrentándola directamente, es decir, los médicos y las enfermeras y todos aquellos que tiene contacto directo con los enfermos. De ahí que urja una reestructuración y planeación inmediata para seguir haciendo frente a este mal antes de que todos los servicios médico-sanitarios, incluyendo a todos los que laboran en los hospitales, colapsen, o se nieguen a seguir trabajando.Por otra parte, no se puede dejar de atender a los miles de enfermos de otros padecimientos crónicos y ocasionales para solo concentrarse en los casos de Covid-19.  Eso también es injusto e inhumano. Por eso es necesario reestructurar los servicios, y no queda más que hacer lo que hizo China desde un principio: ¡instalar hospitales provisionales especialmente para enfrentar la pandemia! La falta de recursos no es pretexto. Ojalá estemos a tiempo.

Nota científica. - La vacuna puede ser elaborada con bacilos derivados de gérmenes atenuados y muertos, así como de toxinas privadas de su poder patógeno (anatoxinas) Según que el preparado, del que ha derivado el bacilo sea simple o asociado, la vacuna es monovalente o polivalente, recurriéndose en algunos casos a la autovacuna que es preparada a base de la sustancia misma que provoca dicha enfermedad. las vacunas se dividen en antibacterianas y antitóxicas, en relación con el agente patógeno que las produce. Los requisitos de toda vacuna son la inocuidad y la eficacia. Esta no dura toda la vida, en el mejor de los casos, unas decenas de años.

Si la vacuna se aplica para curar enfermedades ya contraídas, recibe el nombre de vacuna-terapia, y cuando es para prevenir vacuna-profiláctica. ¿De cuáles de las que se están produciendo a “contrarreloj” se aplicará de “emergencia”?  Pero, además de ser emergente, por el bien de todos, y evitar que las empresas farmacéuticas lucren con el dolor humano, se deberá especificar, detalladamente, cuáles son los ingredientes y compuestos químicos u notros que contienen dichas vacunas. No se trata de política. ¿Alguien podrá oponerse?

 

POR DIEGO ALCALÁ PONCE
COLABORADOR
DIEGOALCALAPONCE@HOTMAIL.COM

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