La lógica más elemental indica que mientras más policías recorran las calles del país se cometerán menos delitos, sin embargo, en materia de homicidio doloso las cosas en el gobierno de la 4T se comportan de manera distinta.
Solo así se explica que durante los primeros 24 meses de la actual administración y con 96 mil elementos de la Guardia Nacional desplegados en todo el país se hayan registrado 11.9% más víctimas de homicidio doloso y feminicidio que durante los últimos 2 años de la anterior con solo 38 mil elementos de la extinta Policía Federal.
En términos absolutos, el número de víctimas de ambos delitos pasó de 63 mil 382 con Enrique Peña Nieto a 70 mil 911 con Andrés Manuel López Obrador.
Si la comparación entre ambas administraciones se hace solo en el indicador de feminicidio, el número de víctimas con López Obrador fue 14.1% mayor que con Peña Nieto. Las cifras absolutas pasaron de 1,634 víctimas registradas entre diciembre 2016 y noviembre 2018 a 1,864 contabilizadas entre diciembre 2018 y noviembre de 2020.
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Sin embargo, para no salir tan “raspado” frente a la administración de Peña Nieto y aprovechar la ayuda que el coronavirus le dio para disminuir los delitos patrimoniales como el robo y el secuestro de abril a octubre, en forma por demás maniquea López Obrador comparó la incidencia delictiva de 2020 con la de 2018, evitando hacerlo como lo marca la metodología del Centro Nacional de Inteligencia, que consiste en comparar los primeros 24 meses de la presente gestión con los últimos del sexenio anterior.
Solo así se explica que el titular del ejecutivo federal informara que el homicidio doloso aumentó 3.8% entre 2018 y 2020 y no 11.8% entre los últimos 24 meses de Peña Nieto y los 24 que ya le corresponden a él como jefe del Estado y de gobierno de México.
Lo mismo sucedió con el comparativo de robo en sus diversas modalidades y el secuestro, se hizo tomando la ventaja que le dan a López Obrador los 2 meses de encierro total en los cuales permanecieron cerrados negocios, oficinas y escuelas, es decir, en materia de seguridad también la pandemia le cayó “como anillo al dedo” porque le ayudó a bajar temporalmente la incidencia delictiva.
Volviendo al tema del estado de fuerza de la Guardia Nacional, haber habilitado a más soldados como policías no se tradujo en una mejor coordinación con los estados ya que la violencia en vez de disminuir aumentó y los resultados están a la vista. El hecho de haber incrementado en 152% el número de los elementos en funciones de seguridad pública no evitó que se registraran más víctimas de homicidio doloso y feminicidio.
Lo paradójico del tema es que disponiendo de más efectivos de la GN, así como más cuarteles y más presupuesto respecto de la Policía Federal, tuvo que ser la pandemia la que vino a mejorar la incidencia de delitos patrimoniales. El robo a casa habitación descendió un 23%, el robo a transeúnte un 30%, el robo de vehículo en 35% y el robo en transporte público 42%, pero medido solamente en lo que va de 2020 y no en los primeros 24 meses de esta administración respecto de los últimos de Enrique Peña Nieto, como debería ser para disminuir el nivel de incertidumbre de los resultados.
No es la primera vez que el presidente de la República presume sus números y termina siendo desmentido por la realidad, todavía en la víspera de su 2° informe señaló que cuando fue jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal tuvo mejores resultados que Miguel Ángel Mancera, sin embargo los datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública dicen lo contrario: en 2004 (último año completo de AMLO) se cometieron 145 secuestros contra 98 en 2017 (último año de Miguel Ángel Mancera); 527 casos de extorsión en 2004 contra 490 en 2017; 31 mil 247 vehículos robados en 2004 contra 11 mil 121 unidades en 2017; 6 mil 945 casos de robo a casa-habitación en 2004 contra 6 mil 629 en 2017.
Por FACUNDO ROSAS.
EXCOMISIONADO DE LA POLICÍA FEDERAL.