LIBERTAD BAJO PALABRA

Gracias Heraldo de México

Han sido 26 meses apasionantes y en ellos me ha tocado reseñar una coyuntura histórica del país

OPINIÓN

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Enrique Rodríguez / Libertad Bajo Palabra / Opinión El Heraldo de México

Tras dos años, dos meses y más de 200 artículos entregados para esta casa editorial, he decidido concluir mi ciclo en este diario. Los periodistas sabemos analizar y entender el tiempo que nos toca vivir, esta no es la excepción. Termino esta etapa agradecido con Ángel Mieres, Alejandro Arai y Franco Carreño, que además de ser el director del periódico, es amigo y compañero de la misma generación de abogados egresada de la UNAM, en donde nos conocimos hace 30 años. Han sido 26 meses apasionantes y en ellos me ha tocado reseñar una coyuntura histórica del país, justo ahora cuando se ha cumplido el primer tercio de un sexenio sobre el cual mis columnas han logrado el objetivo que me tracé originalmente para ofrecer un punto de vista alejado de la complacencia.

Vivimos una etapa crítica para el desarrollo de los medios de comunicación, sin embargo, esta casa ha mostrado un crecimiento sostenido acíclico en sus proyectos periodísticos, con la gran calidad profesional de mis colegas en prensa escrita, radio y televisión.

Todas las etapas profesionales desarrolladas durante 32 años de carrera me han dejado enseñanzas y enriquecido el acervo de vivencias. La de El Heraldo de México es una de las más satisfactorias; durante 210 entregas he sido testigo de la llegada al poder de un Presidente que produjo una expectativa histórica, hasta ahora insatisfecha desde mi punto de vista. Siendo los temas jurídicos y políticos el ámbito natural de mis opiniones, he tenido la oportunidad de revisar el desempeño del Poder Judicial de la Federación, que sortea sus propias tempestades para acreditar su misión constitucional en una época en que los disensos se interpretan como un signo de confrontación.

El sistema de justicia (procuración e impartición) vive una crisis inédita, producto de las inercias acumuladas durante décadas, los juzgadores federales enfrentan retos institucionales extraordinarios para hacer valer su autonomía e independencia en un periodo que definirá su porvenir.

De eso dependerá la viabilidad de nuestra democracia.

En una época en que disentir con argumentos es mérito para ser etiquetado, el compromiso del periodista muestra con toda su fuerza el carácter que lo distingue para construir opinión pública con responsabilidad e independencia de criterio, para cuestionar al poder con argumentos basados en la realidad, que es radicalmente distinta al discurso de autoelogio. Refrendo con ustedes mi pasión por el ejercicio de este maravilloso oficio, convicción que próximamente tendrá nuevos episodios y plataformas.

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EDICTOS: Amable lector, muchas gracias por acompañarme a través de este espacio en la difusión de las ideas. “Libertad Bajo Palabra” hará una breve pausa durante diciembre para volver en 2021. Ustedes serán los primeros en saberlo, les anticipo una agradable sorpresa. Mientras tanto, les externo mis mejores deseos para concluir un año que ha sido particularmente difícil, pero lleno de oportunidades para reinventarnos una vez más.

Por ENRIQUE RODRÍGUEZ.
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