MOLTI DIVERSI

El periodismo a través de 'The Crown'

a serie, que retrata la vida de la corona inglesa, muestra también entre líneas una imagen cambiante del periodismo

OPINIÓN

·
María del Mar Barrientos / Molti Diversi/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Cómo ha cambiado la corona inglesa y cómo ha cambiado el periodismo, ¿no creen?. Aunque pareciera que una cosa nada tiene que ver con la otra, lo cierto es que están entrelazadas. Como periodista, algo que  me llamó la atención de esta serie y de la historia de la monarquía británica es el hecho de que el ejercicio periodístico ha cambiado tal y como lo ha hecho la corona. 

Al inicio de la serie, cuyas temporadas son cuatro, se puede ver que el periodismo es absolutamente controlado por las esferas de poder, sea el gobierno o la monarquía. No se publica nada en los periódicos, que los altos mandos no quieran que se sepa. En pocas palabras, los medios, los políticos y los monarcas están aliados.

Sin embargo, a medida que la serie va tomando su curso, y la historia monárquica también, vamos viendo que esta relación va cambiando en su totalidad. En la temporada cuatro, por ejemplo, vemos a una reina Isabel, que tiene que “pactar” con los medios, para que salga lo que ella quiere que esté en los titulares, también vemos que a los periodistas les importa muy poco el quedar bien o mal con la corona y con la mandamás política que es Margaret Thatcher, poniendo en sus primeras planas la foto de ambas mujeres, evidenciando su mala relación. 

Con ese tema, al que se le da todo un capítulo, podemos ver  un cambio en la línea periodística inglesa. Un “no nos importa” que nos quieran controlar, y nosotros decidimos decir la verdad.

Otro de los temas importantes a tratar es el fenómeno Lady Di, no sólo por ser una mujer mediática, sino porque el concepto de “paparazzi” toma forma al mismo tiempo que lo hace la entonces mujer del príncipe Carlos. El término "paparazzi" se define completamente con el fenómeno de Diana, llegando a extremos de invasión a su privacidad y en esta historia, conocimos el periodismo más bajo y ruin, si es que a eso se le puede llamar periodismo. 

Llamadas interceptadas, conversaciones telefónicas íntimas grabadas, por supuesto sin autorización, y  todo este material fue comercializado con el objetivo de obtener el mejor titular en primera plana y de tener la nota. Persecuciones, fotografías con sus hijos en vacaciones y una invasión a la privacidad que colocan a la prensa inglesa como una de las más duras y amarillistas del mundo. 

Ahora, con todo lo que ha pasado con el príncipe Harry y Megan Markle, queda claro de qué lado está la moneda. Los periodistas ya no obedecen ni a la corona, ni a las esferas de poder, y menos a esta nueva princesa, que ha interpuesto una demanda contra varios medios de comunicación londinenses. 

La prensa hoy, más que nunca, es el cuarto poder, en el que no la manda nada ni nadie, en el que tiene libertad de expresión y a veces, hay que decirlo, abusa de ésta. Sin embargo, el que un juez esté viendo el caso de los Duques de Sussex, en particular, sin darles ninguna prioridad, ni benevolencia por ser quienes son, nos indica que los medios tienen poder, y mucho. 

Es por esto que ni la reina ha podido parar las acusaciones de pederastia que enfrenta uno de sus hijos. ¿Hubiera pasado esto  en décadas anteriores? La prensa ha cambiado de bando y sólo juega para un lado: el suyo. Ya no importa la corona, ni el gobierno. ¡Qué gran reto para las esferas de poder, gobernar sin tener a los medios de su lado!, ¿no creen?

 

POR MARÍA DEL MAR BARRIENTOS
MARIMAR.BARRIENTOS@ELHERALDODEMEXICO.COM
IG: @MARIMARBAT