VIAJE AL INTERIOR

Viajero wellness

Nos convertimos en viajeros wellness cuando entramos en consciencia de lo que comemos, las actividades que decidimos realizar, los lugares elegimos visitar y los respetamos

OPINIÓN

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Cecilia Núñez | Viaje al interior | Opinión El Heraldo de México

Entendemos como wellness a ese conjunto de resultados que se obtienen ante la iniciativa personal de ir en búsqueda de un estado óptimo, integral y equilibrado de la salud en sus múltiples facetas: físico, mental y espiritual.

Esa búsqueda constante y consciente de vivir la vida en armonía y a su máximo potencial es conocida en la industria turística bajo el concepto de wellness. Los  itinerarios con actividades como spa, meditación, comidas equilibradas y nutritivas, caminatas en silencio… Son prioritarios en el universo del turismo que busca brindar experiencias de transformación

Este especial de Viajero Wellness creado por Food and Travel para Escapadas H es nuestra manera de inspirar a aquellos viajeros que buscan opciones de bienestar, salud y experiencias holísticas en lo que a turismo se refiere. 

¿Turistas o viajeros? 

Diversos estudios descubrieron que el sentimiento de felicidad se encuentra en el registro de recuerdos y experiencias relevantes para nosotros, y cuya máxima expresión son los viajes. Pero el lugar común separa a los turistas de los viajeros. Y mientras esa discusión continúa, nacen cada vez más tendencias turísticas que persiguen vivencias auténticas y entrañables que lleven hacia el bienestar. 

Nos convertimos en viajeros wellness cuando entramos en consciencia de lo que comemos, las actividades que decidimos realizar, los lugares elegimos visitar y los respetamos. Hay dos tipos de personas que viajan, sí, pero a mi parecer no se dividen en “turistas” y “viajeros” sino en los “dormidos” y los “despiertos”. Hay quienes en una semana de vacaciones se acercan a los destinos con curiosidad, sin prejuicios; se mezclan con la gente local, su cultura y su entorno con humildad y respeto; miran a los extraños a los ojos hasta reconocerse en ellos; hablan su idioma (o lo intentan) y disfrutan su comida, incluso si los platillos tienen patitas que siguen moviéndose en la boca.

Y hay quienes sólo recorren lugares como quien colecciona estampitas: van a la iglesia más grande, suben la torre más alta, se fotografían en la plaza más visitada o en el barrio más bravo… Evitan interactuar, juzgan, generalizan y no distinguen lo que hace cada sitio único e incomparable.

En este especial de viajes de bienestar, nuestra finalidad es que cada experiencia conjugue el compromiso, el disfrute y la entrega que lleva consigo el concepto del buen viajero, y que la pasión por conocer múltiples rincones y por llevarse en la memoria las postales más típicas honre a aquel turista que va con el corazón y los ojos bien abiertos, dispuestos a estar cada vez gozando de más armonía y plenitud, para gozar y compartir. 

POR CECILIA NÚÑEZ
@CECINUNEZ