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¡De terror! Existen planetas que orbitan alrededor de los agujeros negros, ¿qué esconden estos "blanetas"?

Todos saben que los "devoradores de mundos" supermasivos ocupan el centro de muchas galaxias, pero investigadores japoneses hallaron esta composición sumamente extraña

MUNDO

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Lo común de los exoplanetas es que orbiten alrededor de estrellas, sin importar su dimensión esta ha sido "la regla universal".Créditos: Adobe Stock

Algo que se creía imposible fue confirmado por investigadores japoneses y se trata de la existencia de planetas que orbitan alrededor de agujeros negros. Puede que terminen bautizados como "blanetas", ya que a diferencia de sus "primos" los exoplanetas, estos también se encuentran fuera de nuestro sistema solar pero salen del común denominador de girar alrededor de una estrella o ir sin rumbo rompiendo las leyes de la gravedad. Bien sabemos que en el centro de muchas galaxias yacen estos grandes discos de gas y polvo que se forman gracias a estos "devoradores de mundos" supermasivos, pero nadie creería que cuerpos celestes más grandes que la Tierra "circularan" en torno a estos "demonios oscuros".

Los "blanetas" no podrían albergar vida de ningún tipo. FOTO: IA de Canva

Llevamos más de cinco mil exoplanetas descubiertos e investigados

El vasto universo esconde miles de millones de secretos que gracias a los avances en la astrofísica hemos podido descubrir poco a poco. Al momento tenemos el conocimiento de más de cinco mil exoplanetas que se pasean en diversos tamaños y formas. Vemos desde los más pequeños que apenas alcanzan el tamaño de nuestra propia luna, hasta otros ejemplares varias veces más masivos que nuestro Júpiter. También encontramos otros más con dimensiones similares a la Tierra o a Neptuno, además de las ya conocidas y famosas "supertierras", bautizadas de esta forma por ser planetas rocosos con varias veces la masa de nuestro astro. El común denominador en todos estos es que giran alrededor de estrellas y sistemas estelares. Eso sí, dispares debido a los protagonistas que jalan con su gravedad a estos "pequeños" cuerpos celestes.

Algunos orbitan alrededor de estrellas solitarias que también vienen en muchos tamaños diferentes, incluidas las enanas rojas como Próxima Centauri o TRAPPIST-1. Otros más giran alrededor de estrellas dobles cuyos planetas muestran un atardecer de ensueño con dos soles, que solo las películas de ciencia ficción como "La Guerra de las Galaxias" nos han podido proyectar a todo color. ¡Vaya!, incluso se conoce un planeta del tamaño de Neptuno que orbita alrededor de dos estrellas que a su vez forman parte de un sistema estelar cuádruple, que consiste en una agrupación de tres o más estrellas. La variedad es infinita, y lo único que cambia son los tamaños y las condiciones de los ejemplares estelares encontrados hasta el día de hoy. Pero este último descubrimiento te volará la cabeza.

La superficie de los blanetas sería un infierno total debido a la cantidad de materia que colisionaría con el planeta. FOTO: Adobe Stock

 

Blanetas, los cuerpos celestes que giran entorno a los temidos agujeros negros

Un grupo de investigadores japoneses planteó la posibilidad de que alrededor de los "devoradores de mundos" supermasivos alberguen planetas. No es una idea tan descabellada partiendo de que estos ejemplares atraen con su infinita gravedad la materia estelar. Sin embargo, las condiciones alrededor de una estrella en formación y de estos objetos tan extremos no son nada parecidas. Uno puede dar vida, como es el caso de nuestro Sol, y el otro termina "comiéndose" todo a su paso, incluida la luz. Estos enormes demonios de la obscuridad tienen una masa millones y varios miles de millones de veces la de nuestro astro rey y en sí, los discos de gas que se forman alrededor de estos agujeros negros colosales se deben a la aceleración y las grandes cantidades de energía que generan. Por algo son los poderosos "núcleos activos" de nuestras enormes galaxias.

La teoría que giraba en torno a los núcleos de las galaxias ya se sospechaba desde hace décadas por las grandes concentraciones de masa observadas y por las intensas emisiones de radiación desde el centro de muchos conjuntos estelares. De hecho la confirmación experimental llegó en el 2019 cuando la colaboración científica a cargo del telescopio Event Horizon publicó la fotografía del objeto que ocupa el núcleo de la galaxia M87. Con ello se confirmó —gracias a la radiación emitida— que tal poderío solo podría ser llevado a cabo por un agujero negro. Se supone que únicamente debía de girar alrededor de ellos el material más caliente y grandes nubes de gas y polvo lo que dificulta su observación directa y estudio. Sin embargo, ahora nos plantean que de esa misma cantidad de materia se forman paralelamente planetas.

La radiación emitida por el agujero negro mataría toda composición química en los blanetas. FOTO: IA de Canva

Estos planetas fueron bautizados como blanetas, una abreviación de black hole planets. Con ello indicamos que su situación es muy diferente a la de los planetas ordinarios, pues empezarían como motas de polvo microscópicas y acabarían adquiriendo tamaños similares al de la Tierra, situados a años luz del agujero negro central.

El ejemplo de esto es el complicado proceso del disco protoplanetario

Cuando recién se forma un planeta o una estrella, ocurre un extraño fenómeno estelar conocido como disco protoplanetario. De aquí nacen los planetas alrededor de una estrella en formación. Las fuertes colisiones a baja velocidad de estos granos de polvo permiten que acaben pegándose entre sí, lo que da pie a la formación estelar. Cuanto más crecen, más superficie ocupan, loq ue provoca choques violentos con más y más partículas de polvo. Estos objetos seguirán creciendo en función de la cantidad de material con la que compartan órbita, hasta alcanzar masas de hasta 10 veces la de la Tierra y en órbitas de varios años luz de diámetro, cuyo promedio serían más de 100 años para completar el viaje.

Pero su estudio nos haría comprender por qué es que el universo tiene la forma tal y como la conocemos. FOTO: IA de Canva

Sin embargo los investigadores indicaron que el entorno que rodea a un agujero negro —incluso a años luz de distancia del objeto central— puede ser demasiado violento para favorecer la formación de planetas. De hecho se estima que la velocidad de los choques de los granos de polvo en los primeros estadios de formación puede ser demasiado alta y en vez de permitir que se junten, podría destruirlos definitivamente. Otras opiniones apuntan a que estos blanetas superan de alguna manera toda la violencia estelar en un verdadero desafío de "vida o muerte". Incluso, las técnicas habituales de observación de los exoplanetas no bastan como tal para capturar los detalles de estos cuerpos celestes, al menos no con la tecnología de hoy día.

¿Cómo podemos saber más de los "blanetas"?

La única forma en la que los investigadores japoneses han planteado su investigación, es usar técnicas que estudian el ligerísimo bamboleo de una estrella causado por la atracción gravitatoria que ejerce el planeta o por el descenso en el brillo detectado que es causado por el tránsito del cuerpo celeste cuando pasa por delante de la estrella. Pero dada la variabilidad en la emisión de los núcleos activos de galaxias, estas técnicas no podrían percibir la minúscula contribución de un planeta que es billones de veces menos masivo que el agujero negro alrededor del que orbita. Cabe destacar que estos planetas no tienen las condiciones aptas para la vida, así que podemos descartar por completo la existencia de "seres del espacio" en estos ejemplares. Hay una cantidad abismal de radiación emitida desde la región central y los alrededores del agujero negro.

El hecho de que un cuerpo celeste rocoso se haya podido formar en los confines del universo entusiasmó a la comunidad científica. FOTO: IA de iStock

No solo esto impediría el desarrollo químico de la propia vida, sino que también están expuestos a bombardeos continuos de objetos por parte de la tremenda gravedad del agujero negro. Simplemente harían de su superficie un infierno. A pesar de que no puedan albergar vida, su estudio podría permitirnos profundizar en nuestro conocimiento sobre el universo y los diferentes procesos que lo hacen tener el aspecto que tiene.

Tarde o temprano el planeta también sería "comido" por el agujero negro. FOTO: IA de Canva