El Papa Francisco continuó con su ciclo de catequesis basada en el discernimiento, donde habló del deseo definiéndolo como “un ingrediente indispensable”, ya que el discernimiento “es una forma de búsqueda, y la búsqueda nace siempre de algo que nos falta pero que de alguna manera conocemos”. Por esta razón, Francisco lo definió como una “brújula”
“El deseo es la brújula para entender dónde me encuentro y dónde estoy yendo, es más, es la brújula para entender si estoy detenido o estoy caminando, una persona que jamás desea, es una persona estática, tal vez enferma, casi muerta”.
El Obispo de Roma explicó que cuando un deseo es “auténtico, “sabe tocar las cuerdas profundas de nuestro ser”, y puso como ejemplo cuando se tiene sed.
“Si no encontramos algo para beber, no nos rendimos, al contrario, la búsqueda ocupa cada vez más nuestros pensamientos y nuestras acciones, hasta que estamos dispuestos a hacer cualquier sacrificio para saciarla. Los obstáculos y los fracasos no ahogan el auténtico deseo, al contrario, lo hacen aún más vivo en nosotros”.
Francisco incita a mantener un diálogo con el Señor, para saber lo que se busca y desea en el vida
“Muchas personas sufren porque no saben lo que quieren de su vida; probablemente nunca han entrado en contacto con su deseo más profundo. De ahí el riesgo de pasar la existencia entre intentos y expedientes de diversa índole, sin llegar nunca a ninguna parte, y desperdiciando preciosas oportunidades. Y así, ciertos cambios, aunque deseados en teoría, cuando surge la oportunidad nunca se realizan cuando llega la ocasión”.
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