El 14 de septiembre de 2019, la noticia de la muerte de Claudia Ochoa Félix conmocionó a muchos. Conocida como “La Kim Kardashian de Sinaloa”, Claudia era una figura prominente en el mundo de las redes sociales, famosa por su lujosa vida y su impresionante físico. La noticia de su fallecimiento, ocurrida en su departamento en el fraccionamiento Isla Musulmana en Culiacán, se convirtió rápidamente en uno de los temas más comentados en los medios y redes sociales.
Claudia Ochoa, una mujer de 32 años, fue encontrada sin vida alrededor de las 18:50 horas en su residencia. La Fiscalía de Sinaloa confirmó que su muerte fue resultado de una asfixia por broncoaspiración, descartando la participación de terceros o hechos violentos. Este trágico suceso marcó el fin de una vida que había sido objeto de intensos debates y especulaciones, tanto en el ámbito social como en el del crimen organizado.
Así fue el último adiós a Claudia Ochoa
El impacto de la muerte de Claudia Ochoa Félix se reflejó en las numerosas muestras de apoyo y pesar que llegaron a su familia. Su hermano Sergio fue quien confirmó el fallecimiento a través de Facebook, donde Claudia también había sido muy activa. La noticia fue recibida por una avalancha de seguidores que se dirigieron al lugar donde se realizó el velorio, en un último adiós lleno de emotividad. Los asistentes, en su mayoría seguidores fieles, despidieron a la famosa “buchona” con aplausos, globos blancos y dorados, y una ceremonia que reflejaba el profundo impacto que su figura había tenido en la comunidad.
Sigue leyendo:
Hallan muerta a estrella de tele bajo un puente, hace semanas triunfó en America's Got Talent
Las redes sociales, donde Claudia había compartido gran parte de su vida, se inundaron de recuerdos y mensajes de despedida. A pesar de su ausencia, muchos continúan interactuando con sus publicaciones, manteniendo vivo su recuerdo en la esfera digital. Esto es un testimonio del profundo vínculo que Claudia mantenía con sus seguidores, quienes aún la recuerdan con cariño y respeto.
La fama de Claudia Ochoa Félix: entre la belleza y la controversia
Claudia Ochoa Félix saltó a la fama no solo por su presencia en las redes sociales, sino también por los apodos y rumores que rodearon su vida. Su escultural físico le valió el apodo de “La Kim Kardashian de Sinaloa”, un reconocimiento a su apariencia y estilo de vida lujoso. Sin embargo, el otro sobrenombre que se le asignó, “La emperatriz del Ántrax”, llevó su notoriedad a un nivel completamente diferente.
Este segundo apodo surgió debido a su supuesta relación con José Rodrigo Aréchiga, conocido como “El Chino Ántrax”, quien era señalado como el líder de “Los Ántrax”, el brazo armado del Cártel de Sinaloa. Aunque no se presentaron pruebas concretas que vincularan a Claudia directamente con actividades criminales, la especulación fue suficiente para colocarla en el centro de un intenso escrutinio público.
Claudia dio la cara y se defendió ante las acusaciones
En medio de las acusaciones, Claudia Ochoa Félix se defendió públicamente en una rueda de prensa, en la que negó cualquier vínculo con actividades ilegales. En dicha reunión, ella desafió a los medios de comunicación y a las cuentas de redes sociales que habían difundido rumores sobre su supuesta participación en el narcotráfico. Con firmeza, Claudia anunció que tomaría acciones legales contra quienes la difamaron, buscando limpiar su nombre y proteger a su familia de las consecuencias de las acusaciones infundadas.
La defensa de Ochoa Félix y su esfuerzo por desmentir los rumores no detuvieron el flujo de especulaciones. Su vida, marcada tanto por el glamour como por la controversia, la convirtió en una figura compleja y fascinante para el público. Su fallecimiento, entonces, representa el cierre de un capítulo en la vida de una mujer que, a pesar de las adversidades y las críticas, dejó una marca indeleble en el imaginario colectivo de Sinaloa y más allá.
Claudia Ochoa Félix seguirá siendo recordada como una figura que, aunque envuelta en misterio y controversia, supo captar la atención y el afecto de muchos, tanto en vida como en su último adiós.