Aviso: esta nota puede contener spoilers de la serie y la novela de "Cien Años de Soledad"
El realismo mágico, impulsado por la obra "Cien Años de Soledad" del inigualable Gabriel García Márquez se ha convertido en uno de los géneros literarios más importantes de Latinoamérica y del mundo, pues las letras tienen la capacidad de mezclar elementos de ficción con la más pura realidad, logrando así historias en las que los límites no existen. Es por ello que la llegada de esta novela a las pantallas ha generado gran expectativa, pero no sólo por la forma en que lograron dar vida al universo de Macondo, sino también por la presencia del mismísimo "Gabo" en el set.
Desde su estreno el pasado 11 de diciembre a través de Netflix, la serie se ha convertido en todo un fenómeno mundial, pero además de la magia que emerge de las pantallas, la producción reveló que durante el primer día de grabación se pudo sentir la presencia de García Márquez en el set. Fue durante una entrevista para el medio colombiano "El Tiempo", que Alex García, director de esta adaptación, compartió detalles de este peculiar acontecimiento.
Alex García recordó que el primer día de filmación se centró en una de las escenas más emblemáticas de la novela, el éxodo de los habitantes de Macondo. Esta secuencia, en la que los personajes caminan perdidos por un paisaje desolado, transcurre en el pantano, una ubicación que el equipo había visitado varias veces antes de iniciar las grabaciones; lo curioso fue que, a pesar de haber explorado el lugar en múltiples ocasiones sin que aparecieran flores, en el momento exacto en que comenzó la filmación, una ráfaga de viento trajo consigo una lluvia inesperada de flores amarillas, cubriendo por completo la escena.
Gabriel García Márquez aparece durante la grabación de "Cien Años de Soledad"
Esta misteriosa aparición sucedió durante la grabación del octavo capítulo de la serie, titulado "Tantas flores cayeron del cielo"; en él, se cierra la trama de la primera temporada y recrea uno de los momentos más cruciales de la novela: la ejecución de Arcadio Buendía, el hijo de José Arcadio Buendía y Pilar Ternera, cuya muerte marca el inicio de una nueva etapa en la historia de Macondo.
Y es que en este episodio, la narrativa de la familia Buendía se adentra en los conflictos que surgen después de la ejecución de Arcadio, mientras el coronel Aureliano Buendía es capturado y llevado a Macondo para ser fusilado. La aparición de las flores amarillas se convierte en una emotiva escena que acompaña el desarrollo de este capítulo, aludiendo al ciclo de vida, muerte y renacimiento que es una constante en la obra de García Márquez.
Si bien, este capítulo se puede entender como una suerte de metáfora de la trama misma de "Cien Años de Soledad", en la que las generaciones de la familia Buendía se suceden de manera casi ritual, enfrentando amores, traiciones, guerras y muertes que parecen no tener finm, la aparición de estas características flores amarillas durante el rodaje pareció resaltar el carácter inmutable del destino de los Buendía y la relación entre los personajes y el universo mágico que los rodea
Este mágico suceso no solo fue registrado por las cámaras del equipo de filmación, sino que se convirtió en un momento de reflexión sobre la magia que, de alguna manera, persigue a la obra de Gabo, incluso en el mundo real. Las flores amarillas, elementos recurrentes en la narrativa de "Cien Años de Soledad", se convirtieron en un símbolo de la conexión entre el autor y la adaptación televisiva; por lo que el director, visiblemente impresionado, relató cómo este momento se sintió como una manifestación del espíritu del escritor, presente en la creación de su obra, incluso muchos años después de su fallecimiento en 2014.
Todos los personajes que se encontraban en la grabación de esa escena quedaron igual de maravillados, pues el hecho de que el equipo de producción haya sentido que el espíritu de Gabriel García Márquez estuvo presente en la grabación no es un acontecimiento aislado ya que la influencia del autor colombiano en la adaptación es evidente en cada aspecto de la serie, desde los diálogos hasta la construcción del universo visual y a pesar de los retos inherentes a la adaptación de una obra tan vasta y compleja como lo es "Cien Años de Soledad", los creadores de la serie se han mantenido fieles al legado de Gabo, asegurando que la serie es un tributo tanto al autor como a su obra.
La importancia del realismo mágico dentro de "Cien Años de Soledad"
Más allá de lo simbólico y hasta paranormal, la presencia del supuesto espíritu de Gabriel García Márquez refleja la importancia de permanecer fiel a la esencia del realismo mágico que caracteriza a "Cien Años de Soledad" y para los creadores de la serie, trasladar esta atmósfera única a la pantalla fue un desafío técnico y artístico monumental.
En entrevistas previas, los miembros del equipo de producción habían subrayado la importancia de recrear Macondo con la mayor fidelidad posible, respetando la ambientación, el contexto histórico y los matices literarios que definieron a la novela como un hito de la literatura universal. A diferencia de otras adaptaciones literarias, que tienden a diluir o reinterpretar elementos fundamentales del texto original, la producción de Netflix se comprometió a trasladar a la pantalla la esencia de Macondo, ese mundo cerrado y aislado donde lo fantástico y lo cotidiano coexisten en una extraña armonía.
Así mismo, la recreación de la aldea de Macondo, con sus casas, árboles y su atmósfera suspendida en el tiempo, fue uno de los aspectos más cuidados de la serie, pues el objetivo era ofrecer a las y los espectadores una experiencia visualmente rica que evocara la escritura de García Márquez.
De esta forma, a lo largo de la serie, la magia del realismo no solo se encuentra en los eventos extraordinarios que ocurren en Macondo, sino de la manera en que los personajes viven y perciben esa realidad. Por ello, la adaptación, que se extiende a lo largo de varios episodios, se enfrenta al reto de capturar la esencia del texto, que mezcla de manera sutil lo extraordinario y lo mundano.
Para esto, las y los realizadores trabajaron con un equipo de expertos en efectos especiales, pero también con un profundo conocimiento de la obra literaria, con el objetivo de crear una atmósfera visual que mantuviera la intensidad emocional y la carga simbólica que transmite la obra. De esta forma, la aparición de las flores amarillas en el primer día de filmación se presenta como una señal de que el legado de Gabo no ha hecho más que comenzar y que su influencia perdurará tanto en el mundo literario como en el audiovisual.
Es así como la producción de "Cien Años de Soledad" en Netflix ha logrado trascender las barreras entre la literatura y la pantalla, ofreciendo una adaptación visualmente impresionante y, sobre todo, fiel a la esencia del realismo mágico de Gabriel García Márquez. La historia de Macondo y la familia Buendía sigue viva, no solo en las páginas de la novela, sino también en la pantalla, donde la magia, los simbolismos y los eventos extraordinarios siguen siendo el motor de una narrativa que sigue fascinando a generaciones de lectores y espectadores.
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