El Tri del mismísimo Alex Lora debe ser una de las más grandes bandas de rock blues que hay en México, no solo por su larga trayectoria, todas las ciudades, estados o países que ha visito, y lo mucho que aguantó en la clandestinidad hasta que por fin le llegó la época dorada a la música hecha en México, todo lo que tuvo que pasar para hacerse una leyenda.
De hecho, nada importa en su historia personal, su verdadero logro es que sabe cómo llegar al corazón de la gente, cómo hablarle de igual a igual a todo el público, que sientan identificados con sus canciones, con sus riffs, solos, gritos, mentadas de madre. Con sus versos, sus coros y berridos.
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Muchas de ellas, de alguna forma, hablan de su experiencia tras largos años interpretando música para la no gente. Dignifica el arte, y la música de una forma extraordinaria, porque es rebelde, es aguerrido, es un roble que jamás va a retirarse, que si es posible, morirá con la guitarra en mano, tocando rocanrol. Porque prefiere ser un Chavo de Onda toda la vida, que aburrirse en plena jubilación. Estás son sólo algunas rolas que te mantendrán joven en espíritu:
Todo sea por el Rocanrol
Esta es una canción que habla de los mitos que rodean al rocanrolero. Es una canción para toda la gente que alguna vez te ha dicho que te vas a morir de hambre si solamente desayunas, comes y cenas música, quienes no creen que se trate de una profesión, de una carrera igual de apasionante que la arquitectura o que la ingeniería. Qué más da. Que no te digan lo que tengas que hacer, y deja que te deseen todo lo malo que pase por sus cabezas, al final, que tu amor por el rocanrol hable por ti. No eres un "vago" ni un "bueno para nada".
"Te gustaría verme nadando en un charco de sangre, o colgado de una cuerda, sin aliento y sin aire, o cayendo lentamente al fondo de un abismo, todo despanzurrado y haciendo bizcos (...) todo sea por el rocanrol, saca mi cruz y clavame las estacas, quiero ver el autobús que ha de llevarme al infierno..."
Chavo de onda
Esta canción es la descripción de lo que pasa por el cerebro de un verdadero fanático. Lo que disfruta de ponerse un buen disco, de caerle a un concierto en vivo, una "tocada". Todos hemos sentido ese corazón latiendo al mil por hora, y se nos ha puesto la piel de gallina, se nos han movido los pies de la nada cuando suena un buen tema. Es cierto que se trata de una música hecha por jóvenes para jóvenes, pero la edad se lleva en el espíritu, y no en el cuerpo. Por eso, cuando te conviertes en ese "Viejo que no lo puede entender", entonces has dejado de creer en el rock.
"Me gusta oír a la guitarra cuando empieza a llorar, me gusta oír la batería redoblar, siento que el cuerpo se me enchina y que las piernas me empiezan a temblar; yo soy un chavo de onda y me pasa el rocanrol... Pobres de los viejos, ellos no lo pueden entender..."
Inyecciones de rock n roll
Ojalá existiera algo tan increíble como las inyecciones de rock, las pastillas de boogie o el jarabe de blues para curar todos los males, como bien describe Alex Lora en esa tremenda canción del Three Souls In My Mind, su primera banda, con la que debutó en el mundo del blues nacional. Pero se refiere más bien al poder sanador de la música. Cuando estás mal, estás triste, enojado, decaído, sin ganas de hacer las cosas, siempre hay una canción que te empuja para adelante. Un rock, un boogie, un blues...
"Me sentí enfermo y fui a ver al doctor; el doc me dijo Alex estás muy flaco, son las mujeres, el vino y el tabaco. Voy a decirles lo que me recetó, me recetó inyecciones de rock & roll, pastas de boogie y jarabe de blues..."
Que viva el rock and roll
Del mismo trío meramente rocanrolero tenemos esta maravillosa pieza a go go. De nueva cuenta, aparece en el ideario de Alex Lora la música como intermediario. Una canción cuando algo va mal con tu trabajo, con tu escuela, con la falta de dinero o con tu novia. Nunca te va a faltar ese guitarrazo que te abrace,
"Si ya estás cansado de ir a la escuela y tienes problemas por no tener cartilla, olvídate de todo por un momento y que viva el rock & roll (...) Tienes que olvidarte de todos tus problemas, no importa lo que te digan los demás si a ti te gusta el rock & roll"
El legado del Tri de México
El legado musical que ha dejado El Tri es increíblemente gigante. Tiene más de 40 discos entre los hechos en el estudio, los grabados en directo (algunos desde el extranjero o desde el reclusorio) y hasta lo recopilatorios. Cada uno tiene algo muy diferente a su anterior. Se va amoldando a los nuevos tiempos, toca nuevos temas e historias del día a día que le cuentan sus fanáticos o que experimentan por sí mismos.
Todavía es un invitado recurrente a estaciones de radio, a programas de televisión, streamings en internet. Festivales nacionales e internacionales. Hace conciertos a diestra y siniestra, siempre llenos, atascados. Cada cinco o diez años hace un festejo de aniversario inmenso, en algún lugar tan histórico como el mismísimo Alex Lora. Todavía es irreverente, rebelde, desmadroso. Todavía grita lo que le parece que está mal.
Pero a todas partes donde va, le acompaña un grito de guerra que ha tocado significativamente decenas de corazones apasionados como el suyo: El rocanrol es un deporte, practíquenlo. Es así como le dice a cada niño con el sueño de ser una estrella de rock, de tener una guitarra, un bajo, un piano, o una batería entre sus manos, que no la haga, que se divierta y que nunca se arrepienta del camino que eligió, pues la música, el arte y la cultura, apremian tarde o temprano.
Por eso le siguen haciendo homenajes, covers y reversiones. Todavía lo invitan a duetos, y hacen videos en conjunto. Las bandas lo siguen idolatrando como si se tratase de una figura religiosa. Lo ponen en un pedestal de genialidad musical, es una gran influencia, todos lo escucharon de pequeños, en el estéreo de su padre. En el carro. En el camión. En el tianguis.
Los 3.5 millones de oyentes que tiene en streaming son un chiste. La piratería que todavía va por las calles sonando con "Perro negro y callejero", deben ser otros 10 o 20 millones. Personas que todavía dedican sus canciones, que las piden en fiestas, que las bailan en el barrio, que se las tatúan por todo el cuerpo, y que pasarán todo ese conocimiento a sus hijos, a sus nietos y bisnietos. El Tri, puede ser, vivirá por siempre.