Dolores del Río es considerada hasta la fecha como una de las más grandes divas de la Época de Oro del cine mexicano, pero no solo eso, la diva del cine nacional también triunfó en Hollywood y lo hizo como nadie; de hecho es la primera actriz de América Latina que conquistó la Meca del Cine con su talento, su personalidad y, por supuesto, con su belleza.
Nacida un 3 de agosto de 1904 en Durango, Dolores del Río llegó para marcar un antes y un después en el cine en México y en la industria del séptimo arte en todo el mundo, reconocida como la verdadera gran Diva del Cine Mexicano y una estrella de alcance global, hoy en día mucho se ha dado a conocer acerca de esta gran actriz, incluso algunos de los detalles mejor guardados de su biografía.
Como por ejemplo, la relación que mantuvo con su gran amiga, la alemana Marlene Dietrich, con quien la unió una gran amistad e incluso algo más que eso, ya que los secretos mejor guardados del Hollywood de los años 30 han revelado que ambas actrices habrían tenido un vínculo más fuerte que su entorno de amistades y su círculo laboral. Las dos actrices se admiraban mutuamente, tanto en el plano profesional como respecto a la belleza que las caracterizaba.
¿Cuál fue la relación que unió a Dolores del Río con Marlene Dietrich?
Dolores del Río comenzó su carrera en Hollywood en 1925, a los 21 años de edad, en donde estelarizó una serie de exitosas películas representaba tanto de la etapa del cine mudo como del sonoro. Fue en esa época en la que se comenzó a relacionar con el director de cine estadounidense Orson Welles, con quien se dice mantuvo un intenso romance durante al menos cuatro años.
Welles consideró a Del Río como el más alto ideal erótico luego de haber sido testigo del semidesnudo que la actriz realizó durante las grabaciones de la película “Bird of Paradise” (1932). En esta época es cuando la diva del cine mexicano conoció a la actriz de origen alemán Marlene Dietrich, quien se convertiría en su gran amiga. Dietrich, imponente actriz con una personalidad como pocas, siempre aseguró que Dolores era la mujer más bella que había puesto un pie en Hollywood.
Tanto la actriz mexicana como Welles fueron de los primeros amigos que Marlene Dietrich tuvo en Estados Unidos, y era muy bienvenida en la casa de la pareja. Con el tiempo esta amistad se reforzó y comenzaron a haber situaciones más íntimas entre ambas actrices; Dolores del Río llegó a reconocer que en una ocasión la actriz alemana la invito a almorzar a su casa y la besó en los labios.
En Hollywood nadie se resistía a los encantos de Dietrich, ya que su abrumadora ambigüedad sexual, como se le consideró a su fuerte personalidad, su arrolladora seguridad y su forma de vestir, le encantaba lucir esmoquin, la volvieron única y perseguida por todos. Su propia hija, María Riva, llegó a revelar que Dietrich se relacionada con hombres solo como una herramienta de poder, y así controlarlos y manipularlos, mientras que con mujeres lo hacía por placer.
En este contexto, conoció y trató de conquistar el corazón de Dolores del Río, quien al parecer tampoco e negó, aunque realmente nunca tuvieron una relación como tal, más allá de encuentros casuales. No obstante, esto no impidió que su amistad se profundizara a la par de la enorme admiración que ambas compartían una por la otra. También trascendió que otra gran diva nórdica del Séptimo Arte, la sueca Greta Garbo era también una asidua invitada a la casa de Dolores e incluso le enviaba cartas de amor a la actriz mexicana.
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