El jefe de Gobierno, Martí Batres Guadarrama, aseguró que no hay motivo alguno por el que la fiscal Ernestina Godoy no deba ser ratificada, ya que ha dejado buenos resultados.
“Hay un planteamiento que hizo el Consejo Judicial Ciudadano para que se ratifique a la fiscal, hay una propuesta que hizo el jefe de Gobierno al Congreso de la Ciudad de México, hay un razonamiento amplio de por qué debe de ser ratificada, y la disyuntiva que tienen los conservadores es muy sencilla: o se ponen de lado de la justicia o se ponen de lado de la delincuencia; que ellos decidan”, sostuvo.
Apuntó que algunos de los detractores de Godoy están en contra de la ratificación, debido a que la fiscal expuso la corrupción inmobiliaria en la alcaldía Benito Juárez.
En el mismo sentido se posicionó el presidente de Morena en la Ciudad de México, Sebastián Ramírez, quien destacó que el trabajo de la titular de la Fiscalía capitalina ha sido impecable y eso ha trastocado los intereses de ciertos grupos que hoy insisten en frenar su ratificación.
“¿Quiénes pueden estar en contra del perfeccionamiento de la administración de justicia? Pues aquellos a los que les gusta pisotear la ley, a los que les incomoda que se trabaje en favor de las víctimas, a los que defienden los intereses de los feminicidas y del crimen organizado y, por supuesto, los delincuentes”, puntualizó.
El dirigente partidista destacó que las acciones implementadas por Ernestina Godoy han sido pieza clave para erradicar la impunidad y para disminuir hasta en 60 por ciento los delitos de alto impacto en la ciudad.
En tanto, los legisladores del PRI en el Congreso capitalino anunciaron que votarán en contra de la ratificación de Godoy.
Tras sostener una reunión con el dirigente nacional de este instituto político, Alejandro Moreno, explicaron a través de un comunicado que el proceso para que Godoy se mantenga al frente de la FGJ se ha caracterizado “por la violación sistemática de la legalidad del proceso legislativo por parte de las y los diputados de Morena y sus aliados”.
Acusaron que “han convertido el procedimiento jurídico en un acto de simulación para afianzar sus intereses partidarios”.
Por Frida Valencia y Cinthya Stettin
EEZ