CÚPULA

Arte y convivencia: El Kiosco Morisco de Santa María la Ribera

Construida a fines del siglo XIX, la joya mudéjar se ha convertido en espacio de convivencia social

CULTURA

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KIOSCO. Angelina Beloff , Alameda de Santa María. Grabado, 1955. Colección Museo Nacional de Arte. Foto: cortesía. Museo Nacional de Arte, INBAL.

La colonia Santa María la Ribera fue fundada en el siglo XIX y fue la primera en ser trazada. Hoy es un ícono de la arquitectura dorada de los años 30 del siglo pasado; a ese lugar, durante la posrevolución, llegaron familias de buen nivel económico y social a fincar casas y mansiones. Entre estos personajes se encuentran el músico mexicano José Alfredo Jiménez, el pintor Gerardo Murillo Dr. Atl, el escritor Mariano Azuela y el doctor Gustavo Baz.

El Kiosco Morisco es uno de los bienes patrimoniales más conocidos de esta céntrica colonia de la demarcación Cuauhtémoc —misma que tuve la encomienda de dirigir hace algunos años—, justo en el corazón de la Ciudad de México y del país. La joya, de estilo mudéjar, evidente en columnas, arcos y cúpula, además de dar colorido a la alameda de este barrio, se ha convertido en un espacio público con gran confluencia en la que el arte convive con diversas comunidades de todas las edades y estratos sociales.

Fue construido a finales del siglo XIX por el ingeniero José Ramón Ibarrola, para ser el Pabellón de México en la Exposición Universal de 1884 y 1885 en Nueva Orleans; posteriormente fue instalado en Chicago y después en la Feria de San Luis Missouri. Para realizar el proyecto fue fundamental el apoyo del empresario Andrew Carnegie, dueño de la primera e importante acerera de Pittsburgh, y fue concebido, desde su inicio, como una estructura desarmable que integraba un alma manufacturada en hierro.

Después de representar dignamente a nuestro país, la obra se instaló en la Alameda Central de la Ciudad de México, donde se llevaron a cabo sorteos de la Lotería Nacional y funciones de cine. Posteriormente, como parte del programa de festejos por el Centenario de la Independencia, se instaló el Hemiciclo a Juárez y el kiosco fue trasladado a su actual ubicación, a partir de la petición de los colonos de la Santa María. Se sabe que el evento de reinauguración de este espacio, en 1910, integró además de la ceremonia oficial un baile público.

El Kiosko Morisco es un ejemplo de la forma en que el arte convoca a los ciudadanos a la convivencia, el gozo y la contemplación. Es nuestra obligación la toma de decisiones que promuevan nuevos espacios públicos en los que el arte y la creación tengan interlocución con los ciudadanos y sus comunidades —a partir de diagnósticos que incluyan la identidad de los sitios, el arraigo de la población y propuestas artísticas innovadoras de calidad—, con acciones en beneficio del desarrollo social y humano.

Por Ricardo Monreal Ávila

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