Un policía de Estados Unidos fue testigo de un fenómeno muy extraño, ya que se encontró en contra de un vehículo que se puso a manejar en sentido contrario, por lo que el policía se decidió a detenerlo sin pensar con lo que se encontraría, pues al detener al automóvil se dio cuenta de que no tenía conductor.
Algo que sorprendió y molestó al policía, pues aunque pareciera ser una historia de terror en las que uno puede decir que legítimamente es una broma o en su lado más paranormal el auto está embrujado; sin embargo, ninguna de las dos es la respuesta correcta.
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@CollinRugg
Policía es víctima de la Inteligencia Artificial en Estados Unidos
Todo sucedió en Phoenix, Estados Unidos, donde un policía se encontraba patrullando de manera normal cuando en su rutina apareció un automóvil de color blanco que comenzó a ir en sentido contrario, poniendo en peligro la circulación de peatones y automóviles, por lo que decidió detenerlo.
Al detenerlo se dio cuenta de que el vehículo no contaba con conductor, algo que a muchos nos sorprendería, pues como es posible que un auto se maneje solo, bueno todo tiene una explicación y se llama Inteligencia Artificial; sin embargo, el policía sí que se molestó por el altercado.
@CollinRugg
Y es que todo fue resultado de un automóvil de Waymo, un proyecto propiedad de Google para tener automóviles de la mejor calidad y además de poder ser conducidos de forma autónoma, por lo que es normal que se pueda manejar solo y sin un conductor que lo tenga que guiar como es el caso de los Tesla.
Quienes aseguraron que todo fue un error, pues dicen que había una señalización de construcción que estaba fallando y que era inconsistente, por lo que el auto falló, por lo que durante 30 segundos el auto decidió avanzar al estacionamiento más corto y poder estacionarse ahí.
Lo divertido es que el policía que detuvo al automóvil que se puede conducir de manera autónoma decide llamar al servicio al cliente de Waymo, pero la persona que contestó le dijo al policía que no podía hacer nada al respecto, por lo que solamente le quedó al oficial quedarse con la sensación extraña de detener un auto sin conductor.
