El quesule o queso de plástico existe en miles de locales callejeros de México. Lo podemos probar en elotes, tostadas, tlacoyos o tacos dorados y su sabor es muy distintivo y por lo regular no agrada al paladar del comensal, pero por su bajo costo es un ingrediente al que todo comerciante de comida recurre.
El sabor del quesule no es agradable, a pesar de mezclarse con otros alimentos. En el paladar se siente rasposo y algo tieso al masticarlo, además deja un ligero sabor a plástico, como ese sabor al morder el palito de plástico de una paleta de caramelo, y en ningún momento se percibe algún condimento o la frescura que da al paladar un buen o real queso, como el Oaxaca o el queso panela.
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Un estudio de la Profeco, publicado en la revista del Consumidor, reveló que el quesule o queso plástico, está elaborado con ciertos aditivos e ingredientes como gomas o almidones que dan una textura que imita a la del queso real.
Las bases del quesule suele ser leche descremada reconstituida pasteurizada o con grasas o aceites vegetales parcialmente hidrogenados y adicionada con caseinatos que sirven para concentrar la proteína que se encuentra en la leche, y el estudio de la Profeco determina que esta imitación de queso puede ser un riesgo sanitario por el procedimiento artesanal o industrial con el que se elabora.
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