De manera general, se dice que existen cuatro tipos diferentes de tos. La seca, la cual es causada por lo regular por infecciones bacterianas, la húmeda, que suele acompañar a la mayoría de las gripes, y la de Crup, la cual suele diagnosticarse en niños menores de cinco años de edad.
El cuarto tipo destaca por ser una tos violenta, en la que los ataques son tan rápidos que pueden hacer que los músculos del estómago duelan e, incluso, puedas padecer vómito y otros síntomas. Se trata de la tos paroxística.
De acuerdo con la doctora Reyes López de Mesa, de la Clínica Universidad de Navarra, este tipo de tos se da por episodios, en los que se repite la expulsión de aire de manera violenta e incontrolable, por lo que suele provocar dolor.
Los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos alertan sobre el hecho de que la tos paroxística puede ser síntoma de enfermedades graves como la tos ferina, la tuberculosis y la neumonía.
¿Qué es la tos?
La tos es uno de los mecanismos por los que el cerebro intenta deshacerse de algún elemento irritante que entra al cuerpo. Así, lo que sucede es que envía una señala a los músculos del pecho y el estómago se contraen para expulsar una gran cantidad de aire.
Aunque la tos puede ser provocada por enfermedades causadas por infecciones virales o bacterianas, también puede ser una respuesta alérgica al polen o al polvo e incluso aparece durante la exposición al humo.
¿Cuándo debo consultar al médico?
En su página oficial, los Centros para el Control de Enfermedades detallan que, a lo largo de la vida, el ser humano padecerá por lo menos una vez cada tipo de tos, sin que eso necesariamente ponga en riesgo su vida.
“Los ataques paroxísticos ocurren frecuentemente durante la noche, con un promedio de 15 ataques cada 24 horas. Su frecuencia se incrementa durante las primeras una o dos semanas. Los ataques permanecen con la misma frecuencia de dos a tres semanas y luego decrecen gradualmente”, señalan.
Sin embargo, cuando este síntoma se prolonga por más de una semana y se acompaña de otros, tales como fiebres altas, vómito, náuseas, mareo e incluso más graves como expulsión de esputo sanguinolento, debes ir inmediatamente al médico.
Algunas de las infecciones que causan la tos paroxística, como la tos ferina, suelen ser muy contagiosas, por lo que los expertos recomiendan aislar a la persona infectada durante el tratamiento médico.
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