El Sonido Pirata es, hoy por hoy, una de las estrellas más populares que hay en internet. YouTube, TikTok y Vimeo fueron claves para hacerlos famosos. Sus videos bailando con divertidos pasos inventados y pinchando música desde su sonidero durante las fiestas de diversos pueblos, colonias o municipios lo colocaron entre los favoritos del público.
Luego se desvirtuó su objetivo, comenzaron a convertirse en una especie de telenovela donde había traiciones, dimes y diretes, acusaciones, pleitos y declaraciones fuera de contexto. El chisme llegó hasta los medios de comunicación, donde cada quien comenzó a vaciar sus propios relatos de la historia.
A pesar de ello, Julián Ramírez continúa detrás de la consola, dando show por todo el país, y reclutando cada día a nuevos bailarines que quieran formar parte de su crew. Actualmente destacan en sus filas el Bocho, la Cholondrina, el nuevo Medio Metro y la Pequeña Nicole.
En el otro grupo, el de los que se fueron, están el Medio Metro original, quien de hecho registró el nombre para que solamente lo pueda usar él, también está su manager, Gustavo, a quien han tratado de explotador y poco más; finalmente La Pompis, bailarina de cumbia sonidera que se sumó luego de asegurar que no pagan.
Pero antes de que incluso llegaran estos bailarines a darle más vida al show, Julián fundó su sonidero en las calles de León, estado de Guanajuato, específicamente en la colonia Morelos, también conocida como El Guaje, donde vivía junto a sus padres. Fueron sus primos quienes lo llevaron a conocer los bailes sonideros, y se enamoró de estas fiestas.
El Guaje, conocida como una zona de delincuencia
A través de diversos medios locales, se ha documentado que la Colonia Morelos, también conocida por los pobladores como El Guaje, nació como una zona de "paracaidistas", es decir, personas que llegaron a invadir los predios, se quedaron a vivir y comenzaron a extenderse poco a poco.
Durante varios años pidieron que se regularizara la situación en la famosa colonia, había protestas y continuos enfrentamientos con las autoridades locales; actualmente es conocida por ser una zona de bajos recursos, donde la gente tiene la idea de que permea la delincuencia.
En un reportaje para La Silla Rota, incluso escriben que no se puede pasar a pie o en bicicleta enfrente de dicha colonia, porque es casi seguro que saldrás asaltado, y no habrá autoridad que quiera ayudarte, también describen que es común otro tipo de crimen como el narcomenudeo.
Luego de su lucha por exigir servicios básicos, lograron que las calles comenzaran a ser pavimentadas, que llegara el drenaje, que tengan agua caliente, luz, alumbrado público, entre otros. Además, dejó de ser una zona de láminas para convertirse en calles con construcciones sólidas.
Julián lo intentó durante algunos años. Tuvo su equipo, daba fiestas e invitaba a sus amigos, familiares, vecinos. A quien quisiera caerle a bailar. Mientras se forjaba comenzaron a llegar los amigos que bailaban con su música, animaban las fiestas, y ponían calientita la pista para que todos los presentes se animaran a zapatear.
Sin embargo, dejó el proyecto y se dedicó a cosas mucho más serias. Primero aprendió el oficio de la carpintería, luego puso un taller mecánico que alterna todavía con el sonidero. El dinero era poco, y él ya tenía una esposa y una hija, quienes todavía vivían entre láminas, y con sus padres, así que se decidió a cambiar su historia, levantó de nuevo al Sonido Pirata... el resto ya lo conocemos.
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