AUTOESTIMA

Mira quién habla con Brenda Jaet: Hacer las paces conmigo

Zazil Abraham nos platica cómo inició una revolución personal para rechazar la vergüenza corporal en redes sociales, así como su proceso para crear su más reciente libro

TENDENCIAS

·
PUBLICAR. La autora fundó el movimiento por el amor propio #BravaFuerteDigna. Foto: CortesíaCréditos: Foto: Cortesía

¿Por qué Brava, fuerte y digna? 

En 2015 escribí un post en contra del body shaming (vergüenza corporal), noté que, por alguna razón, había escrito en mayúsculas las palabras valiente, fuerte y digna. Se me ocurrió usarlas a modo de hashtag como un proyecto personal para evidenciar y combatir la vergüenza corporal en los espacios de entrenamiento. Eventualmente migró a ser un movimiento en contra de nada y en pro del amor propio y la confianza corporal, que poco a poco algunas personas que me seguían comenzaron a hacer suyo de alguna forma.

¿De dónde surge esta necesidad para crear el movimiento?

Inicialmente se trató de un movimiento en contra del body shaming, ahora me gusta decir que es simplemente por el amor propio, no solo se trata de hablar del cuerpo, pues creo que puede practicarse en cualquier área de tu vida. Tampoco hablo precisamente de “aceptar tu cuerpo tal como es”, creo que cada quien tendrá su propio entendimiento de la frase, y no quiero que esa postura resulte limitante para nadie (todo lo contrario). La necesidad de hablar de amor propio, a través de #BravaFuerteDigna como movimiento, es enfatizar la importancia de trabajarlo como base de vida. Y eso puede verse distinto para cada persona.

En tu libro hablas sobre terminar con esta guerra contigo misma, ¿qué te llevó a este punto de inflexión?

Fue más bien una suma de realizaciones y decisiones que se convirtieron en acciones diversas, en distintos momentos, como hasta ahora en medio de un proceso de amor propio. Podría decirte que en abril de 2012 comencé a bajar de peso y sumergirme en el mundo de las dietas, estaba haciendo “algo bueno por mí”, o al menos lo que creía era bueno y saludable. Me di cuenta que me hacía muchísimo daño por perseguir un cuerpo delgado de formas insanas e insostenibles y esto lo entendía como amor propio. A lo que voy: la intención era “buena”, los medios y el objetivo eran daniños y poco realistas. Al darme cuenta de este daño, a través de cuestionar y abrir los ojos a una realidad distinta y mejor para mí, decidí dejar atrás la cultura de la dietas y mejorar la relación con mi cuerpo, la comida y la actividad física. Para lograrlo comencé a tomar algunas acciones como recuperar confianza en la comida, comer libremente sin restricciones e intuitivamente, reglas ni prohibiciones, dejar de asignar valor moral a los alimentos y separarlos en “buenos” y “malos”.

PREPARAR. Zazil ha alentado a muchos usuarios a
aceptar su cuerpo. Foto: Cortesía

¿Cómo influye el papel que la familia y la sociedad juega en la percepción de nuestro cuerpo?

Es simple: si alguien te dice constantemente, de una u otra forma, que “esto es bonito y esto no” o que “esto es deseable y esto no”, por naturaleza vas a querer ser bonita y deseable y querer pertenecer. Muchas veces a como dé lugar, salud de por medio. Somos programadas por repetición, y si en todas partes veo, leo y escucho sobre estándares de belleza, talla X como única aceptable, dietas y más dietas… ¿cómo crees que voy a relacionarme con mi propio cuerpo?, ¿cómo voy a confiar en él?.

¿Cómo desaprender todos estos conceptos e ideas que se nos quedan en el inconsciente? 

Cuestionando radicalmente todo lo que creemos como única verdad absoluta acerca de la belleza: ¿quién dice qué es bello o no? Mejor aún: ¿A quién le debemos ser consideradas bellas? Creo que primero se trata de deconstruir la supuesta “belleza” establecida socialmente. Tomando consciencia de estas ideas limitantes y trabajar en construir nuestro propio concepto. En mi más reciente libro, Brava, fuerte y digna, abordo de forma mucho más extensa, y ligera al mismo tiempo, el tema.

Platícanos cómo entró a tu vida el comer intuitivamente y en qué consiste.

Comencé a comer de forma intuitiva porque me harté de vivir a dieta en nombre de ser flaca. Para otoño de 2016, después de grabar un documental sobre pérdida de peso para un canal en YouTube, que tenía con un amigo, mi cuerpo comenzó a rechazar la proteína animal, así que fui vegetariana por dos años sin realmente buscarlo, ahí comencé a escuchar a mi cuerpo por primera vez. Por sentido común, comencé a comer libremente cualquier cosa que quisiera. Como no tenía “nada prohibido” empecé a relacionarme desde la confianza con los alimentos. También tomado de mi libro: “Alimentarte intuitivamente es acercarte a las señales naturales de tu cuerpo (entre ellas la de hambre y saciedad) sin importar tu talla, y alejarte del mundo de las restricciones, reglas, castigos, premios, culpa y vergüenza”.

FRESCO. Su más reciente
publicación indaga sobre el movimiento
que fundó. Foto: Cortesía

¿Qué consejo le darías a alguien que está en plena guerra con su cuerpo?

Le diría algunas cosas. Que entiendo a mí manera lo que está pasando; es normal y entendible. Le preguntaría si quiere pasar su vida peleando con su cuerpo el 90% del tiempo. Que vaya a terapia si está dentro de sus posibilidades. Y por último, la que más me ha servido: que piense en todo lo que podría hacer si pusiera esa misma energía en construir la vida que quiere, y que lo haga.

Por Brenda Jaet