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El heredero de la ovación

Desde la amarga despedida del argentino, el seguidor culé parecía convencido de que nunca más volvería a corear un nombre con el mismo asombro

El heredero de la ovación
Tomás Lujambio / Balones y pelotas / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Durante más de una década, el cántico de “Messi Messi Messi”, se volvió una rutina para los aficionados blaugranas que visitaban el Camp Nou para atestiguar la magia que desplegaba La Pulga cada fin de semana.

Desde la amarga despedida del argentino, el seguidor culé parecía convencido de que nunca más volvería a corear un nombre con el mismo asombro. Sin embargo, el desempeño reciente de Pedri González se ha ganado el alabo de un estadio acostumbrado a rendirse sólo ante el mejor futbolista del mundo.

A pesar de no ser el fenómeno futbolístico que fue, es y seguirá siendo Lionel Messi, Pedri se ha logrado distinguir por ser un jugador que hace absolutamente todo bien en el campo.

 En los últimos cuatro partidos del FC Barcelona, por ejemplo, el canario ha sido reconocido como el jugador del partido en tres de ellos no por asistir o marcar las anotaciones de la victoria, sino por desempeñar su labor en la cancha con una perfección que resulta hasta sospechosa. 

Actualmente, a tan sólo un año de recuperarse de múltiples lesiones que interrumpieron su ritmo de juego, el rendimiento de Pedri no sólo sorprende por su constancia y calidad, sino también por su resiliencia física. 

Como están las cosas, Pedri González parece un jugador inagotable en todos los sentidos. 

Su potencial es abismal; su pulmón, infatigable; su técnica, infinita. 

Afortunadamente, conforme más tiempo pasa el balón en los pies del canario, los adjetivos para describirlo se van agotando. 

Orquestador, recuperador y creativo del conjunto blaugrana, Pedri no sólo enamora a los seguidores del Barcelona, sino a todo amante del futbol. 

Partido tras partido, el número ‘8’ culé es reconocido por todos como el engranaje ideal para cualquier equipo por la versatilidad con la que se desenvuelve dentro del terreno de juego. 

Con tan solo 22 años, Pedri González ya juega con la madurez de un veterano.

El canario recupera balones con la disciplina de un pivote, distribuye juego con la visión de un ajedrecista, se mueve por el campo con creatividad, orquesta al equipo, encara a rivales sin miedo y decide encuentros si identifica que es su turno de hacerlo. 

Por ello, aunque muchos ven en Lamine Yamal al heredero natural del dorsal de Messi, Pedri se ha convertido en el primer jugador en heredar la ovación que la afición culé reservaba únicamente para el ‘10’ argentino. 

Para los ojos blaugranas, el canario no es el heredero de un simple número o de un rol específico dentro de la plantilla, sino el heredero del futbol que el barcelonismo profesa y busca presenciar en el campo.

Los últimos partidos del Barcelona lo demuestran. 

Mientras Pedri González se encuentre activo en el terreno de juego, los aficionados blaugranas van a tener muchas razones para corear de nuevo. 

POR TOMÁS LUJAMBIO

MAAZ

 

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