En los últimos días, el Parlamento de Alemania tomó una decisión histórica al cambiar la Constitución para permitir un mayor endeudamiento del país y de sus Estados. Como resultado, Alemania contará con la posibilidad de contraer una deuda ilimitada para gastos de defensa y para ayuda militar a Ucrania, y también con unos 500 mil millones de euros para mejorar la infraestructura y la protección del medioambiente durante los siguientes doce años. Es impresionante observar cómo lo que no se pudo hacer durante el gobierno de Olaf Scholz se logró en menos de un mes, en medio de los temores que ha provocado la política de Donald Trump y con el liderazgo del futuro canciller de Alemania, Friedrich Merz.
Durante los tres años que han pasado desde el inicio de la guerra de Rusia contra Ucrania, nos hemos quejado de Alemania en numerosas ocasiones. Aunque el canciller alemán habló sobre el cambio en la política de seguridad ya en los primeros días de la guerra, anunciando 100 mil millones de euros para la modernización de las fuerzas armadas, la cautela a la hora de proveer armamento para Ucrania ha generado muchas críticas. El gobierno de Scholz se ha caracterizado por tomar decisiones con lentitud y por dar respuestas titubeantes frente a la guerra y a otros grandes temas que atormentan a los alemanes, como el crecimiento económico. Como resultado, creció la frustración dentro del país y Alemania perdió el liderazgo tanto a nivel regional -es decir, en la UE- como a nivel internacional.
La reforma constitucional y la aprobación de financiamiento para infraestructura y defensa indican que los tiempos están cambiando en la política alemana a raíz de las elecciones parlamentarias celebradas el 23 de febrero. Muchos se fijaron solo en el aumento del electorado de Alternativa para Alemania, un partido radical de derecha que se posicionó en segundo lugar en las elecciones, pero lo cierto es que la victoria le perteneció a la derecha tradicional representada por la CDU. Además, la distribución de escaños en el Parlamento permite formar una coalición de los democristianos con los socialdemócratas, regresando así a la tradición de la Gran Coalición que gobernó Alemania en los tiempos de Angela Merkel.
Ambos partidos, la CDU y el SPD, tardarán seguramente unas semanas más en construir un acuerdo de coalición, pero lo más relevante es que el futuro canciller, Friedrich Merz, ya empezó a ejecutar su programa de infraestructura y defensa, adelantándose tanto al inicio formal de su gobierno como a la inauguración del nuevo Legislativo, y asegurándose las mayorías necesarias para la aprobación de sus propuestas que deberían impactar positivamente no solo en el ámbito de defensa sino también en el crecimiento económico. Con esto, su llamado a dar pasos hacia una Comunidad Europea de Defensa resuena con mucha más fuerza en una Europa que consolida todas las fuerzas posibles para fortalecerse frente a Rusia, en un escenario de posible ausencia de los Estados Unidos.
POR DRA. BEATA WOJNA
PROFESORA DE RELACIONES INTERNACIONALES
INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY
@BEATAWOJNA
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