Portazo

La farsa del pañuelito blanco

La cancelación de la corrupción, como muchas otras imposturas de su política, sus promesas y sus compromisos, resultó una mentira más en el amplísimo catálogo de mitomanía y deshonestidad personal de Andrés López

La farsa del pañuelito blanco
Rafael Cardona / Portazo / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

En el no tan lejano febrero de hace tres años, Andrés López —en uno de sus desplantes teatrales—, exhibió desde el púlpito de sus anuncios, un pañuelito blanco y con suaves  movimientos de despedida, le dijo adiós a la corrupción como si el pecado se fuera en el tren de los olvidos.

Se acabó la corrupción, dijo  quien hizo del combate a la malversación, el cohecho, la prevaricación, el robo, el peculado, la exacción, el saqueo de los bienes nacionales y la deshonestidad, el centro de su lucha política. 

Con ese gesto histriónico y falso, cancelaba en las altas esferas del gobierno la peor de las conductas, la más dañina en la historia patria, tan grave como los expolios cometidos desde la conquista y la vida colonial.

Pero esa cancelación, como muchas otras imposturas de su política, sus promesas y sus compromisos, resultó una mentira más en el amplísimo catálogo de su mitomanía y su deshonestidad personal.

Poco tiempo después explotó el caso Segalmex, cuyo daño a la nación superó con creces cualquier otro de los ejemplares casos de la corrupción neoliberal, tan rica en ejemplos negros. 

Con habilidad de prestidigitación, ilusionismo y simulación de adquisiciones, entre otros recursos perversos, solapados desde el Palacio Nacional, las arcas públicas vieron volar cerca de nueve mil millones de pesos. Otros datos lo elevan hasta 15 mil. 

Con gran desfachatez Luisa Alcalde, la secretaria de Gobernación en la última etapa del gobierno “andrecista”, dijo como gran consuelo: es el único caso de corrupción en  la 4-T. Otra mentira del tamaño de Morena.

Hoy ya no sólo es Segalmex

También Birmex, una empresa exitosa en otros tiempos, cuya asimilación al paquete burocrático de la 4-T la convirtió de productora de vacunas a distribuidora de medicamentos cuyos mandos administrativos adquirieron con sobreprecios lesivos a la nación, medicamentos por 13 mil millones de pesos, cantidad tan grande como para no poderla ocultar ni con la conveniencia de la complicidad. 

“El subsecretario de Salud, Eduardo Clark, aseguró (en la conferencia mañanera), que esos productos representan el 6 por ciento del total de la compra consolidada 2025-2026, y no serán adquiridos (REF) hasta que no se aclaren las anomalías registradas…

"Identificamos que, en estas “claves” (nombres de los medicamentos), tenemos que realizar acciones de investigación para ver las razones (¿?) por las que fueron compradas a (con) sobreprecio. Representan casi 13 mil millones de pesos", admitió Clark”.

Llaman la atención los campos donde ha florecido la corrupción de la IV-T (hasta en tanto no se conozcan otros; como energía, infraestructura y algunos más ): los alimentos y las medicinas.

Primero los pobres; primero las tranzas.

POR RAFAEL CARDONA

COLABORADOR

@CARDONARAFAEL

MAAZ

 

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